Diez millones de viajeros, pendientes del nuevo operador
El área de Gobernanza Pública y Autogobierno del Gobierno vasco es el que gestiona a nivel político la transferencia del ferrocarril la comunidad autónoma vasca, aunque la consejería de Planificación Territorial, Vivienda y Transportes, de quien depende Euskotren, está implicada en este desarrollo de negociaciones. El consejero vasco de este área, Iñaki Arriola, declaró recientemente al periódico Deia que «se está llevando a cabo un intercambio de documentos también entre el departamento y el ministerio» de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, de quien dependen los servicios ferroviarios de Renfe. Está sobre la mesa cómo se traspasa el itinerario que antes explotaba Feve y que tiene Balmaseda como destino final desde Bilbao. El hecho de que el trazado local de cercanías forme parte de una infraestructura ferroviaria que prosigue fuera de la autonomía puede plantear problemas de competencias que, a priori, no se tendrían que contemplar en las restantes líneas con las que se trabaja al estar desplegadas en su integridad en territorio vascongado.
Esta transferencia es de calado sobre todo por la cantidad de personas que se verían afectadas cada día si cambia de manos la gestión de un transporte que mejora la movilidad de las conurbaciones de Bilbao y Donostia. Se cifra en diez millones de viajeros en un cómputo global.