Diario de León

LEÓN EXPORTA PASIÓN MARIANA

Las ‘gemelas’ en Asturias y Cádiz de la Virgen del Camino

Los rezos a la madre leonesa allanaron el parto anticipado del marqués de Estrada, que en agradecimiento levantó dos capillas en su honor, la primera en Bimenes

La iglesia de La Virgen del Camino junto a Casa Estrada en Bímenes. MONTES ARBOLEYA

La iglesia de La Virgen del Camino junto a Casa Estrada en Bímenes. MONTES ARBOLEYA

León

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Año 1636. María Fernández de Ziriero y Rosella viajaba con su marido, Bernardo de Estrada Nava, desde sus ricas posesiones en Asturias hacia Madrid, cuando sintió los primeros dolores de parto. Detuvieron la calesa. El niño apremiaba. Y ella, de 34 años, elevó sus plegarias al cielo y pidió protección a la Virgen más leonesa, la del Camino, para que todo saliera bien. La santa atendió sus rezos y la noble langreana alumbró sin complicaciones a un hermoso niño, Gerónimo, que se convirtió con el paso de los años en el primer marqués de Estrada por sus buenos servicios a la Corona de Felipe V en Colombia.

El caso es que aquel retoño, nacido por azar en tierras leonesas y bautizado en la iglesia de San Martín un 2 de mayo, levantó a finales del siglo XVII una capilla en honor a La Virgen del Camino que tan favorable le había sido en su llegada al mundo, y lo hizo junto al palacio familiar que también estaba construyendo en el concejo asturiano de Bimenes. Una Virgen cuya devoción se inició en León hace 517 años, tras aparecerse al humilde pastor de Velilla, Alvar Simón Gómez, pedirle que tirara una piedra con su honda y donde cayera se levantara una iglesia.

Procesión hace un mes

La localidad asturiana de Martimporra celebra una fiesta en honor a la patrona leonesa en septiembre

Como en América había multiplicado su fortuna, cubrió la imagen de alhajas y crucifijos de plata, collares de diamantes, perlas y esmeraldas, «de los que no queda nada», según el cronista oficial de Bimenes, Luis Miguel Montes Arboleya, quien reconoce que el fervor de los Estrada por la Virgen del Camino ayudó a difundir su culto no solo en Asturias, sino entre los indígenas y en Cádiz, donde también residió el marqués y donde sufragó una segunda capilla en el Baluarte de San Felipe (hoy calle Isabel la Católica, en la parte antigua de la ciudad). Allí se alberga otra imagen de La Virgen del Camino que se conoce como El Caminito. En Bimenes el hondo sentir hacia la patrona leonesa se traduce en una fiesta-romería el tercer domingo de septiembre. El actual alcalde, Aitor García, es partidario de mantener y reforzar las tradiciones y no descarta ponerse en contacto con el Ayuntamiento leonés de Valverde de la Virgen para un hermanamiento, mientras en Cádiz la talla procesiona en Semana Santa.

Leyenda y misterio se mezclan en esta familia de rango abolengo, con la curiosidad de que ambas capillas, separadas por 914 kilómetros de distancia, disponen de la misma lápida mortuoria donde supuestamente se mandó enterrar el marqués.

Gerónimo fue un floreciente «mercader» con negocios en Flandes, España y, sobre todo, en el continente americano, de ahí que gran parte de su vida transcurriera en Cartagena de Indias, donde se casó con una criolla y nacieron sus ocho hijos. Consiguió amasar mucho dinero: era dueño de barcos que cruzaban el Atlántico, poseía inmuebles en las ciudades de Sevilla y Cádiz, y haciendas en Morón de la Frontera y San Lúcar de Barrameda.

Por su dedicación al comercio de oro, plata, perlas, esmeraldas, diamantes.. tuvo varios pleitos con particulares y con el fisco, hasta que llegó un momento en que cansado de su estancia en aquellas tierras decidió regresar a España. Primero se instaló en Sevilla, y tras el fallecimiento de su esposa Juana de Angulo se trasladó a Cádiz, otra de las ciudades que capitalizaba todo el comercio con América. Aunque se empeñó en las obras asturianas, el cronista indica que «jamás pisó» el palacio de Martimporra o Casa Estrada, que se emplaza en una ladera de ligera pendiente dentro de la gran finca familiar. Sí lo hizo su hijo primogénito, que llegó a Bimenes en la última década del siglo XVII para cumplir «el sueño de su padre de construir el palacio con la capilla anexa». Desde su retiro gaditano, el marqués le dio plenos poderes a Gerónimo hijo y con el dinero que le enviaba se han contabilizado más de 200 escrituras de compras y arriendos de fincas, casas, cuadras, hórreos y paneras.

«Durante ese tiempo, se casó con la asturiana Luisa Teresa de Argüelles. No tuvieron descendencia, pero parece que el matrimonio vivió en Tabayes mientras duraron las obras. Él ya era capitán de caballos de coraza de infantería, y llegó a obtener el hábito de la Orden de Alcántara», explica el cronista. Durante sus doce años en Bimenes, despachaba a un ritmo frenético con el escribano para formalizar las cartas de pago al arquitecto (Juan de Estrada, de Llanes) y a los maestros carpinteros (Juan García y Domingo García de Abándames, de Peñamellera). La obra se remató a finales de 1697. «Quien cargó con todos los gastos fue el primer marqués de Casa Estrada desde su residencia en Cádiz, aunque jamás puso un pie en él», remarca Montes Arboleya. «Fundó la iglesia de Nuestra Señora del Camino con tres capellanes, el mayor con título de abad, una escuela para los niños del municipio y tenía previsto un hospital de peregrinos que nunca se llevó a cabo».

Todo discurría según los planes previstos por el padre, el matrimonio estaba instalado en su nueva residencia palaciega y no cesaba de aumentar el patrimonio de su inmensa casería, pero la familia había abandonado los negocios en América por el conflicto con Inglaterra en la Guerra de Sucesión, y el marqués confió de nuevo en su hijo mayor para resolverlo. Parece que iba a bordo del famoso barco San José, atacado por el pirata Charles Bager, cuando lo hundieron a cañonazos. Perecieron más de 600 personas y se dio por muerto al capitán Estrada. Pero, seguramente por intercesión de La Virgen del Camino, fue una de las 14 personas que se salvaron.

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