Diario de León

El ‘banco malo’ dilata en León el derribo de la casa de Los Osorios pese a otro incendio

El Ayuntamiento le ordena tirar el inmueble que luego permitirá prolongar la calle Padre Getino

Imagen de la casa afectada por la declaración de ruina. FERNANDO OTERO

Imagen de la casa afectada por la declaración de ruina. FERNANDO OTERO

León

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El último susto se lo llevaron los vecinos en la tarde del 29 de octubre, cuando las llamas iluminaron en medio de la tarde noche la casa que resiste en ruinas en mitad del solar de la calle Los Osorios, frente a la plaza del Padre Severino Ibáñez .

No era la primera vez que ardía el inmueble, en el que esta vez se temió que pudieran haber muerto un okupa y su perro . Pero los habitantes del barrio temen que tampoco será la última .

Más aún cuando la Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaría (Sareb), creada por el Gobierno para absorber los inmuebles acumulados por las entidades nacionalizadas o en reestructuración, acaba de apurar otro plazo para dilatar todavía el derribo.

La maniobra ha vuelto a tener respuesta contundente por parte de los técnicos municipales. No hay más flexibilidad para que el conocido como banco malo cumpla con su obligación.

El Ayuntamiento de León ha despachado la nueva petición de ampliación del plazo para solicitar la licencia de las obras de derribo con una negativa que no deja margen. La Sareb tiene ahora que cursar la tramitación en los próximos días y, resuelto el protocolo, empezar con los trabajos para acabar con la casa identificada con los número 27 y 29 de la calle Los Osorios. Si no lo hace, la administración municipal podrá ejecutar la demolición de oficio y cursarle la factura.

El punto de no retorno arrastra casi dos mandatos de trabajo de los técnicos para hacer que los propietarios acaben con el foco de insalubridad y riesgo para las personas denunciado por los vecinos.

En enero de 2021 se logró el derribo de la primera de las casas que se encuadran dentro de la parcela, después de que cayeran cascotes a la acera y se acentuara el riesgo. Pero la situación se cronificó en los otros dos inmuebles, donde las intervenciones de la Policía se hicieron habituales ante los problemas creados por la okupación descontrolada.

Todos estos problemas los ha obviado la Sareb. El banco malo intentó ya en septiembre librar con el argumento de que valía con «continuar adoptando tan sólo una serie de medidas de seguridad provisionales hasta que el proceso de gestión urbanística siga su curso y culmine en la demolición de la edificación de forma previa a la ejecución de las obras de urbanización» de la parcela.

Los técnicos del consistorio no atendieron el argumento que pretendía dejar de manera indefinida el derribo, a la espera de que se conformase la junta de compensación con al que urbanizar la parcela. Ni siquiera ante el apunte de la Sareb de que habían iniciado «las gestiones necesarias» para poner en marcha este órgano de gestión, formado por los propietarios del suelo. 

La estrategia del banco malo fiaba el derribo al inicio de los trabajos de apertura de la nueva calle que, de acuerdo al Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), se abrirá para comunicar Padre Getino, una vía que ahora acaba contra un muro, y Padre Severino Ibáñez. 

Como resultado, la Sareb tendrá a su disposición el suelo de las parcelas resultantes para venderlo o promover la construcción de nuevos bloques de viviendas en los que se permitirá subir las alturas al nivel de los edificios del entorno. Pero antes de ese negocio, tiene que tirar ya la casa que ponen en riesgo a los vecinos de la zona.

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