CONECTIVIDAD CON EUROPA
El eje Atlántico se estanca mientras el Mediterráneo ha ejecutado ya 1.900 M€
Los datos de los cuatro últimos años cuestionan la equidad del Gobierno con el atasco en el noroeste
En 2018, el Corredor Mediterráneo tenía diez tramos bloqueados; tres, en obras; y uno, en servicio. En 2022, cuenta cuatro tramos en servicio y siete en obra. Todo en marcha, según el balance de actuación de los últimos cuatro años ultimada la pasada semana por el comisionado del Gobierno para esta plataforma ferroviaria, que da por finalizada la actuación en casi un millar de kilómetros y ya no registra ningún tramo sin avances en ninguno de los territorios que atraviesa.
Analizar con detalle el despliegue del Corredor Mediterráneo aporta una bofetada de desengaño para cualquier mirada que se aplique desde los balcones del noroeste, que ven vías únicas, sobre raíles vetustos y con pinta de ruina. Lo contrario que en la Comunidad Valenciana, donde se cataloga como avanzado el estado de obra de 500 kilómetros de vías vinculados al desarrollo del Corredor Atlántico; con 230 finalizados, y con ningún kilómetro atascado. Cataluña ofrece el doble de tramos finalizados en estos cuatro años, con datos que vienen a contradecir el disgusto del colectivo de empresarios que propugna desde hace años el desarrollo de este corredor en la fachada mediterránea; hay 520 kilómetros finalizados en las provincias catalanas, mientras que el catálogo de tramos avanzados ha multiplicado por tres la longitud de vía entre 2018 y 2022.
En Murcia han finalizado obras en despliegue de raíl de esta gran arteria ferroviaria a lo largo de 33 kilómetros; sin avances en cuatro años; aunque se multiplica casi de forma exponencial lo que se evalúa como avanzado (que pasó de 17 kilómetros a casi 200 desde que Sánchez llegó a La Moncloa con la moción de censura.
Andalucía tiene obras pendientes de finalizar, avanzadas, en medio millar de kilómetros, y más de un centenar de kilómetros de ferrocarril listo para entrar en servicio.
De lo que resulta, en síntesis porcentual, que el corredor Mediterráneo tiene en servicio el 34% de la traza que está llamada a completar este pasillo mayor para la circulación de mercancías fuera del dominio radial que aspira el Levante; que tiene en obra el 74% de las actuaciones pendientes de rematar; que las actuaciones superan en más de un 85% la fase de proyecto; y que han concluido todos los estudios previos sobre los tramos en los que actuar. Las cifras, por otras parte, revelan que la situación del corredor Mediterráneo no se puede compara con el atasco del noroeste.
Hay más de 1.900 millones de euros ejecutados a lo largo del periodo entre 2018 y 2022; 2.800 millones más adjudicados; 4.400 millones licitados para abordar nuevas obra; 233 kilómetros puestos en servicio (otros 40 se van a poner en uso de forma inmediata); una licitación por semana vinculada a esta traza (más de 300 licitaciones en todo el periodo).
Luego, sobre el mapa, que trata de recoger con brocha gorda todo el avance, comienzan a dominar los tramos con vías dobles, los anchos estándar y los tramos mixtos.
Señal de que las reivindicaciones de aquel lobby empresarial, que se reúne de forma estacional para evaluar los avances y recordar al Gobierno que lo que exista realmente es el Mediterráneo, están en línea de alcanzar los objetivos de lograr que un tren que parte de Almería pueda colocarse en la frontera francesa antes de que uno que parte de León acabe de culminar la rampa de Pajares o el lazo de la Granja .