¿Qué hace falta para ser astronauta?
El entrenamiento incluye "horas y horas levitando en una piscina" en la que se simula la ingravidez del espacio
El proceso aún es largo. Los profesores de Ingeniería Aeronáutica de la Universidad de León, Jesús Gonzalo de Grado y Deibi López explican los requisitos que la Agencia Espacial Europea ha valorado en los dos jóvenes leoneses para incluirlos en su programa.
Los primeros requisitos son tener al menos tres años de experiencia en el mercado laboral y un título de máster vinculado a la ciencia. También es posible acceder a la primera fase de selección con el título de piloto de pruebas y su correspondiente experiencia.
Además de unas buenas capacidades físicas, los astronautas deben ser capaz de tener también buenas relaciones sociales y se valora mucho su personalidad, para que sean capaces de convivir en la nave en la que viajarán al espacio durante muchas horas, días, incluso meses. Un espacio muy pequeño y en unas condiciones muy diferentes a las que hay en la tierra.
"Tienen que ser gente muy equilibrada, que aguante el estrés; disciplinados, pero creativos. En el espacio todos tienen que seguir una coreografía porque está todo muy preparado, pero siempre surgen cosas en las que tienen que se ponen a prueba sus recursos y sus capacidades, su gestión de riesgos", señalan López y Gonzalo de Grado, este último muy vinculado a la Agencia Espacial Europea en varios proyectos.
Gonzalo de Grado, quien fue compañero de Pedro Duque, señala que por ejemplo, al que fuera ministro una de las pruebas que le pusieron fue la construcción de un lego al que le faltaba una pieza. "Les sacan del guion para ver cómo reaccionan, su capacidad de respuesta", explica.
"Para ser astronauta no hay que ser muy bueno en una cosa, hay que ser bueno en muchas", resumen los profesores de la Escuela de Ingenierías Industriales, Informática y Aeroespacial, para añadir que ahora Pablo Álvarez, quien fue alumno y compañero, se tendrá que enfrentar a "infinidad de horas en una piscina en la que llevará puesto un traje equilibrado que provocará que ni flote ni se hunda, algo así como levitar para simular la ingravidez del espacio". Será en este entorno, en Colonia, donde deberá, por ejemplo, aprender a apretar una tuerca, a moverse o a resolver diferentes cuestiones a las que podría enfrentarse una vez esté en el espacio. A ello se sumarán los vuelos de gravedad 0 o vuelos parabólicos, donde durante tan sólo 30 segundos se consigue esa sensación de ingravidez, por lo que deberán subirse muchas veces al avión para ir acostumbrándose a la situación a la que se tendrán que enfrentar una vez despeguen.