El leonés de las 43 matrículas de honor revoluciona la ciencia
El brillante científico José García Girón une paleontología y ecología
La pregunta del millón: ¿los dinosaurios se extinguieron porque un meteorito impactó contra la tierra o estaban abocados a desaparecer? Dos teorías enfrentadas a las que ahora, el joven científico leonés Jorge García Girón ha puesto luz.
Con un pasado académico más que brillante con 43 matrículas — repartidas entre el grado y dos másteres — de honor y el reconocimiento de la European Federation for freshwater Science a su tesis como la mejor de Europa, este joven aprovechó el confinamiento para profundizar en una de sus pasiones y leer el libro Auge y caída de los dinosaurios , de Steve Brusatte, y entonces apostó por aplicar los modelos que él aplica para estudiar la biodiversidad actual en ecosistemas acuáticos a ecosistemas extintos y romper la tradición dominante que había separado la ecología de la palenteología.
Jorge estudió el grado en Ciencias Ambientales en la Universidad de León y ahora está con una beca de investigación postdoctoral Margarita Salas desarrollando su trabajo entre Vegazana, en el Departamento de Biodiversidad y Gestión Ambiental, y la universidad finlandesa de Oulu. Desde allí decidió contactar con Brusatte, quien también es profesor en la Universidad de Edimburgo, para proponerle trabajar conjuntamente y aplicar los registros que se llevan a cabo para explicar la biodiversidad actual a la época en la que se extinguieron los dinosaurios y averiguar qué llevó a su desaparición.
El científico, que se encuentra ahora de vacaciones por Navidad en León, explica de forma muy didáctica que en el cretácico, los dinosaurios «estaban en auge», porque «se habían adaptado a zonas concretas, donde eran muy dominantes». Por su parte, los mamíferos tomaron otra estrategia. «Justo antes de la extinción de los dinosaurios empezaron a colonizar zonas nuevas, tenían más plasticidad, habían cambiado sus dietas y se repartieron por más áreas, lo que facilitó su supervivencia», señala.
«Los dinosaurios no estaban preparados para sufrir un cambio abrupto en su hábitat como el que se produjo tras el impacto del meteorito, mientras que los mamíferos se habían adaptado a diferentes hábitats en los que ya empezaban a ser dominantes lo que ayudó a que su linaje sobreviviera», explica Jorge García Girón tras aplicar su novedoso planteamiento con varios colegas repartidos por el mundo analizó la cadena trófica —quién se comía a quién y el papel de cada animal— además de las características de sus hábitats y el análisis de 1.600 registros fósiles, para, uniendo la ecología y la palenteología, viajar a hace 66 millones de años, cuando los dinosaurios desaparecieron.
El estudio, dirigido por un equipo internacional de ecólogos y paleontólogos, liderados por el científico leonés acaba de ser publicado en la prestigiosa revista Science Advances y financiada por la National Science Foundation de Estados Unidos, la Academia de Finlandia y el programa de investigación e innovación de la Unión Europea Horizonte 2020.
«Nuestro estudio proporciona una imagen convincente de la estructura ecológica, las redes alimentarias y los nichos de los últimos ecosistemas dominados por los dinosaurios del período cretácico y los primeros ecosistemas dominados por los mamíferos después del impacto del asteroide. Esto nos ayuda a entender uno de los viejos misterios de la paleontología: por qué todos los dinosaurios no aviares murieron en cascada, pero las aves y los mamíferos pudieron hacerse con el control de los ecosistemas tras el fatídico impacto cósmico», señala, en consonancia con otro de los coautores del estudio Alfio Alessandro Chiarenza, del Departamento de Ecología y Biología Animal de la Universidad de Vigo, y el coordinador senior, el profesor Steve Brusatte.