Cuando nieva más en los barrios que en el centro

La llegada de la nieve durante la noche del martes al miércoles causó ayer serios problemas en la circulación, tanto viaria como ferroviaria, en la provincia. La capital también amaneció cubierta de blanco, y las dificultades de movilidad de las primeras horas se fueron solventando con el paso del día, a pesar de las precipitaciones que se repitieron en algunos momentos. De hecho los autobuses urbanos se paralizaron durante dos horas. El autobús a Carbajal se salió de la vía, sin consecuencias. La previsión es que hoy la cota de nieve suba y los efectos de las borrascas Gerard y Fien vayan remitiendo, aunque habrá que tener cautela con las heladas. La alerta está también en los ríos, en alerta en numerosos puntos ante las crecidas.

La acumulación de nieve ha sido importante en la montaña. Varios aludes cayeron ayer en la N-621 en la zona de esta carretera conocido como la Hoz de Llánaves de la Reina en el municipio de Boca de Huérgano. Las máquinas de carreteras comenzaron actuar y sobre las 20.00 horas se logró despejar esta carretera para que pudieran transitar los vehículos. En esta zona y en el puerto de San Glorio se acumulan espesores entre un metro y un metro veinte centímetros de nieve.

A última hora de la tarde de ayer se mantenían numerosos puntos de la provincia con problemas en la circulación. Según la Delegación del Gobierno, se encontraban totalmente cortados al tráfico tramos de las carreteras en Encinedo, Santa Colomba de Somoza, Boca de Huérgano, Cármenes, Pola de Gordón, San Emiliano, Cabrillanes, Villablino y Vega de Valcarce.

Y en nivel rojo para la circulación (prohibido el paso de camiones y vehículos pesados y cadenas o ruedas de invierno para los turismos) en la N-621 en Cistierna, N-625 en Riaño y N-630 en Villamanín. Además de tramos en Villablino, Toreno, Acebedo, Molinaseca, Prioro, Puebla de Lillo, Santa Colomba del Curueño, Cistierna, Prioro y Villamanín.

La A-6 y la AP-66 amanecieron en nivel amarillo, cerrado a camiones, mientras que la N-630 está en nivel rojo. En nivel rojo también está la N-625 a su paso por Riaño y la N-126 en La Baña. 

Difícil en tren

Por lo que se refiere a los trenes, la comunicación entre Asturias y León se complicó ayer también hasta suspenderse los servicios por el puerto de Pajares, lo que obligó a trasladar por autobús a los pasajeros. Los retrasos fueron la constante durante toda la jornada.

León se mantiene hoy entre las provincias en alerta amarilla, aunque remitirán las nevadas se prevé además lluvia y heladas por la bajada de las temperaturas.

El aviso de riesgo importante (naranja) por nevadas permanecerá activado hoy jueves en Cantabria, Alava, Guipúzcoa, Vizcaya, Navarra, Huesca, Zaragoza. Además, tendrán aviso de riesgo (amarillo) las provincias de Asturias, León, Palencia, Burgos, Soria, Zamora, La Rioja, Lérida y Madrid.

La jornada en la ciudad

En cuanto a lo que ocurrió en la capital leonesa y su alfoz durante la jornada de ayer, las previsiones meteorológicas acertaron, pero sin que sea una nevada de las que quedan en los anales, la ciudad despertó ayer a la entrada de los horarios de trabajo con problemas en los accesos, coches en las cunetas de la carretera Asturias y problemas en los barrios, mientras se afanaba la limpieza en Ordoño II. Pero fuera de las principales vías, donde los vehículos hicieron el trabajo de despejar la circulación con su tránsito, las calles adyacentes tuvieron problemas para coches y peatones hasta media mañana. Problemas que se agudizaron en lugares como Armunia, entre el parque tecnológico y la glorieta de Michaisa solo había un barrendero. Antes eran tres.

Sin que haya d se o tiempo para que bajen las temperaturas todavía, la nieve batida en las calles invita a la precaución de los conductores que, en menor medida que otros días, se han aventurado a coger el coche, pero también de los peatones que se la juegan en las aceras.

Complicaciones

Más complicaciones presentaba en los alrededores de la capital la carretera de Alfageme y las adyacentes hasta entrar en Trobajo del Camino. La radiografía la suscribe Rubén Alonso, al volante de un taxi en la parada del número 217 de la avenida Párroco Pablo Díez. En el radiotaxi se acumulaban los servicios pendientes, pero con el estado de las vías.

Al lado, en la parada del autobús esperaba Ángel Martínez. Hacía 10 años que no cogía uno pero a primera hora de ayer se le fue el coche en la rotonda de Villacedré y Armunia y reventó el disco de la rueda contra el bordillo. «Aquí estamos a la espera, pero no hay horarios orientativos ni informa nadie», se quejaba junto a otros usuarios.

En el Crucero se repetía durante la mañana la imagen. A poco que se entraba en las calles interiores aparecían los problemas y se avivaba la cautela por parte de los ciudadanos, mientras miraban al cielo a la espera de que despeje y el trasiego de los vehículos y los peatones limpiara las vías. Aunque, donde no pasaban los servicios de limpieza, con una plantilla escasa marcada por la falta de relevo en los últimos años, se amontonaba la nieve, cada vez más paposa.

En Eras

Incluso en Eras de Renueva, uno de los barrios más nuevos, trazado con grandes avenidas, los problemas crecían en las calles perpendiculares y las aceras. En el parque situado junto a la calle Santos Ovejero los guajes del instituto de enfrente montaban guerras de bolas de nieve a la hora del recreo. Pero un poco más allá, a la vera del río, la diversión no cabía para los voluntarios de Protección Civil que trabajan a media mañana para despejar la pasarela peatonal que cruza desde el paseo de Salamanca. La misma escena se repitió durante la mañana en en Ejido, en San Esteban, en Las Ventas, en San Mamés, en el entorno del campus o en La Palomera.

Las nevadas durante la tarde de ayer encontraron ya un camino más despejado tanto para los vehículos como para los viandantes.