Los vecinos de Pinilla dejan la protesta por el ambulatorio

Los vecinos de Pinilla optan de momento por enmudecer sus protestas y por bajar los brazos para no sujetar más carteles reivindicativos para que se construya un nuevo edificio que albergue el centro de salud de la zona. Deciden cesar sus quejas, sí, pero lo hacen sin alegría y «profundamente decepcionados», según indica el presidente de la asociación vecinal, David Martínez, por la decisión «unilateral» de Sanidad de retomar la reforma del viejo inmueble de los años setenta, en lugar de derribarlo como le pedían y comenzar de cero las instalaciones para evitar problemas futuros.

Creyeron que tras casi dos décadas de promesas incumplidas sobre la modernización del ambulatorio, el inicio de la obra en mayo de 2021 constituía un punto de inflexión y devolver al barrio la asistencia sanitaria de calidad que nunca debió perder. Pero sus esperanzas se hicieron añicos cuando los trabajos se detuvieron casi al empezar al detectar la empresa adjudicataria problemas de mayor calado en la estructura de los que estaban presupuestados en los pliegos. Su valoración económica chocó contra la que presentó Sacyl y se rompió la baraja. De modo que la obra se paralizó definitivamente tras ese verano y el embrollo burocrático para resolver el contrato y relicitar se prolonga hasta la actualidad con el problema añadido de que el edificio quedó a la intemperie y sin cubierta en varios puntos, lo que Sacyl quiere ahora resolver con unos trabajos de consolidación de casi 300.000 euros y por recomendación técnica.

La asociación vecinal se sintió engañada por la falta de avances en la rehabilitación y al cumplirse más de un año de parón convocó en noviembre la primera concentración para que se reanudaran los trabajos o se derribaran las viejas paredes y se edificara un nuevo centro. Al caer en sus manos el informe técnico del estado del inmueble con una carbonatación que había penetrado de 4,5 a 10 centímetros en algunas puntos de la estructura sacaron la bandera de exigir un nuevo ambulatorio en lugar «de hacer parches». Pero los técnicos de los cuatro ayuntamientos explicaron esta semana que sí se puede salvar la construcción actual, lo que desinfló sus aspiraciones, a las que puso la puntilla las declaraciones el jueves del consejero de Sanidad, Alejandro Vázquez, asegurando que el centro de salud se rehabilitará con los 2,7 millones previstos y el retraso en reiniciarse dilatará la obra hasta finales de 2024. «Ya no vamos a manifestarnos. La decisión unilateral está tomada por Sanidad y qué vamos a conseguir, entonces, la asociación no puede ir más allá. La decepción es grande porque la administración no escucha las movilizaciones y salir a la calle para denunciar las deficiencias parece no interesar. La presión tendrán que ejercerla ahora los ayuntamientos, nosotros nos retiramos, aunque estaremos vigilantes», indicó.