Muere Astrid Rodríguez, la periodista que amaba Olleros y el Cantábrico
Astrid Rodríguez, tocando la luna en su amado mar Cantábrico. DL
Astrid Rodríguez Rozas llegó a la redacción de Diario de León en el verano de 1986 con hambre de contar. De saber y de contar. Nacida en Bruselas (el 2 de septiembre de 1964) pero arraigada en Olleros de Sabero, el enclave minero familiar al que siempre se sintió íntimamente ligada, falleció ayer tras una larga y valiente lucha con la enfermedad. Arropada por su marido, el también periodista Ángel Santiago Ramos, y por sus hijos, Adrián y Clara.
Astrid fue, tras su período de prácticas en el Diario, la primera redactora de Sanidad, Sucesos y Tribunales, el embrión de lo que después sería la sección de Sociedad. Antes se centró también en la información municipal de la ciudad. Fue entre 1987 y 1991.
Emprendió después otro camino periodístico en el gabinete de prensa de la Subdelegación del Gobierno, donde trabajó hasta que la enfermedad la apartó de la vida profesional.
De curiosidad insaciable. De grandes aficiones. Apasionada del cine, lectora infatigable, viajera incansable. En el valle de Sabero hundió sus raíces. Era para ella algo mágico, señala su familia; y era nieta del minero Diego Rozas, luchador por los derechos de los trabajadores de la cuenca.
Astrid, en 2003, durante el encuentro de periodistas maragatos. DL
Encontró después en el mar Cantábrico y en Asturias la libertad en la que dejó volar sus mejores momentos, y también los más difíciles, en una lucha a la que nunca volvió la cara.
Fue periodista de raza a los dos lados de la profesión, en los medios y en las instituciones. Y no se conformó con eso. Astrid Rodríguez formó parte muy activa del grupo de profesionales que se empeñó en retomar la reivindicación de la profesión hace tres décadas, y resucitar la Asociación de Periodistas de León, de la que fue secretaria.
Una inquietud que la llevó también a ser una de las fundadoras del Círculo de Mujeres Periodistas Pilar Casado (que tomó el nombre de otra de las compañeras prematuramente fallecidas).
«La curiosidad por sacar a la luz temas de interés para la opinión pública y la prudencia fueron sus brújulas en los diferentes puestos que desempeñó, en un lado y otro siempre fue periodista», recuerdan sus compañeros.
Astrid Rodríguez será despedida hoy en el Tanatorio de Eras de Renueva, donde su familia recibirá el abrazo de todos cuantos compartieron tanto su entusiasmo por todo lo que la rodeaba como la admirable entereza que mostró durante toda su vida.