La nueva misión espacial del instituto del astronauta leonés

Antonio Prieto es desde hace seis años profesor de Religión en el instituto Eras de Renueva (entre otros), pero tiene un pasado como paracaidista y una larga trayectoria profesional en las telecomunicaciones. Y un presente de inquietud permanente que le llevó a plantear el reto entre los alumnos del centro. Participar en el desafío  CanSat de la Agencia Espacial Europea, que consiste en competir en un proyecto espacial real para estudiantes de institutos de Europa.

Tienen que construir y lanzar un minisatélite del tamaño de una lata de refresco, al que se exigen también requisitos de toma de datos científicos. Cuatro alumnos (que destacan por sus notas, pero también por su inquietud e iniciativa) aceptaron el proyecto. Han creado su CanSat y ahora optan a la selección para que sean lanzado el próximo 23 de marzo en Herrera de Pisuerga, la fase autonómica. Después está el sueño de pasar a la fase nacional, y de ahí a la europea. El centro donde estudió el flamante astronauta leonés Pablo Álvarez busca hacerse otro hueco en el desarrollo espacial europeo. 

Los alumnos que aceptaron el reto de Antonio Prieto fueron Martín Carrera, que quiere estudiar bioquímica; Javier Fresco, que hará el doble grado de física y matemáticas; Victoria Santamarta, que estudiará físicas y Miguel Ángel Díez, que también hará el doble grado. «Son todos alumnos de diez. No buscábamos eso, pero son los que se interesaron por el proyecto. Es muy significativo que tengan esta inquietud», destaca su profesor. Además han quedado entre los primeros en las olimpiadas de sus distintas materias a nivel local y autonómico. 

Las misiones

El proyecto está patrocinado con 500 euros (el máximo permitido) por Orange España. El CanSat tiene que cumplir unos requisitos de peso y medidas, y cumplir como misión obligatoria la medida de la presión, altitud y temperatura. E incluir una misión secundaria, que se ha centrado en medir los gases en la atmósfera, los compuestos volátiles y tiene unos sensores para la radiación ultravioleta. 

Este trabajo se utilizará para desarrollar medidores de CO2 de bajo coste en las aulas del instituto el próximo curso. 

A mayores, el proyecto de este entusiasta equipo, que inició los desarrollos en octubre, incluye otra misión. Ha creado un modelo de GPS que permitirá localizar dónde se encuentra el CanSat en cada momento de la caída. Si se perdiera en el descenso podría localizarse a través del ordenador. Y además puede detectar las magnitudes del propio sistema eléctrico: tensión, intensidad, nivel de batería,... 

Colaboradores

Han probado cómo funciona en altitudes de hasta 120 metros con drones en Mayorga de Campos (el profesor tiene carné profesional). Para su desarrollo han colaborado los departamentos de Biología, Tecnología y Dibujo del instituto; además de la escuela de FP de la Academia Básica del Aire, que se encargó de imprimir los prototipos en 3D. También el grupo de Seguridad y Conocimiento del Mundo Cibernético (Secomuci) de la Universidad de León. 

El instituto participa en el proyecto como freelance, y pugna con otros tres de la Comunidad por hacerse con el único puesto libre en el lanzamiento que se producirá el mes que viene.