La cumbre del corredor fija mil millones en León sobre proyectos ya iniciados
El comisionado para el eje y el secretario de Estado prometen 16.000 millones para trece territorios afectados
León se pierde entre la muchedumbre de cargos políticos y la condensación de territorios convocados a la primera cumbre del Corredor Atlántico con su comisionado; y el respaldo del número dos del Ministerio de Transportes, el secretario de Estado David Lucas, recién llegado para relevar a Isabel Pardo de Vera.
Gijón fue escenario de este repaso de posición del corredor, y todas sus secciones, sin exclusividad para el noroeste, tal y como reclamaron el presidente de Asturias y la consejera de Fomento de la Xunta. El sello territorial es el último resquicio que queda de aquella semilla de reivindicación que hace seis años sembraron en León los empresarios leones, gallegos y asturianos.
De la cumbre de Gijón salió un corredor Atlántico cubierto por la túnica electoral, y la promesa, otra vez, de equilibrar inversiones y tiempo de desarrollo con el Mediterráneo. Aunque hasta octubre no estará redactado el plan director, que es una demanda constante y pendiente desde hace un lustro.
Las conclusiones de la cita llevan a un resumen de inversiones recurrentes; para León, centrada en la mejora de la vía entre la capital leonesa, Monforte y Vigo, con 850 millones de euros, para marcar apartaderos capaces de dar cobertura a trenes de 750 metros, y adecuar gálibos; y 75 millones de euros para avanzar en el tercer carril entre León y La Robla, en ese impass en la conexión con Asturias que no permite ahora dejar paso al tren de alta velocidad ni a la combinación mixta con las mercancías.
Casi mil millones de euros entre los 16.000 millones con los que redondea el Gobierno todo el impulso al Corredor Atlántico: al de la zona norte, a la zona centro norte, a la zona centro sur; a la zona sur, y al noroeste.
Tras la cumbre, de Gijón, se igualan los mapas, al calibre de la brocha con la que hasta ahora se pintaba el corredor central del Corredor Atlántico, que vive con la ventaja de tener preeminencia en las inversiones europeas desde 2010, cuando la Junta decidió a qué parte del mapa beneficiaba el pasillo; y León no estaba entre la selección.
El Gobierno prometió en Gijón sumar a La Rioja y a Cantabria a las conexiones del corredor. El sinsabor quedó en la expectativa del noroeste español de contar con algún tipo de discriminación positiva, tal y como aún ayer reivindicó Barbón.