El feminismo sale a las calles de toda la provincia dividido
Desde aquel, «hombre, ¿eres capaz de ser justo?» que lanzó la filósofa francesa Marie Gouze en 1791 y que le costó perder la cabeza en la guillotina por escribir la Declaración de los derechos de la mujer y la ciudadanía, la lucha feminista ha sembrado con luces y sombras un largo camino de casi tres siglos.
Una pelea que llegó en oleadas, pero siempre desde la máxima unión, al menos, hasta ahora en que una línea ideológica y media hora de diferencia separarán las voces del Movimiento Feminista de León , integrado por las asociaciones Simone de Beauvoir, Feministas al Congreso, Flora Tristán y Adavas, principalmente, de las reivindicaciones que esgrimirá la Comisión 8-M León, nutrida con los sindicatos CC OO, UGT, CGT, CNT, los partidos PSOE, PCE, IU, UP, Juventudes Socialistas y UPL y asociaciones de solidaridad y feministas como Trece Rosas y Mujeres por la Democracia.
De fondo, la misma sinfonía sobre la necesaria igualdad de las personas , aunque en la superficie se escucharán dos partituras. Las primeras quieren «volver al origen» y se consideran las continuadoras «históricas» de la lucha. Aseguran que no quieren «ser instrumentalizadas ni dar nuestro apoyo a una manifestación supuestamente unitaria, en donde se mutilen y se oculten las repercusiones, tan lesivas para las mujeres, a través de las legislaciones y normativas que se han aprobado a nivel estatal y a nivel autonómico».
De hecho, denuncian las leyes «que borran a las mujeres», el incumplimiento de la promesa de avanzar en la abolición de la prostitución legislando solo la trata «que ya estaba penada», el no actuar contra las agencias de vientres de alquiler o la consecuencia de la ley del solo sí es sí, que ha derivado en la excarcelación de delincuentes sexuales. Opinan que en este año 2023 «los derechos de las mujeres se ven amenazados» y por eso caminarán desde Ordoño II a la plaza Mayor bajo el lema «Mujeres juntas por nuestros derechos».
Pero la puntilla, la razón de mayor peso para salir de forma independiente es la Ley Trans, que a juicio del Movimiento, causa un retroceso de décadas a las mujeres al hablar de «género, que es la columna vertebral contra lo que lucha el feminismo porque refuerza los roles y estereotipos sexistas». La portavoz, Encina Gutiérrez, no oculta que es partidaria de que la ministra de Igualdad Irene Montero dimita y denuncia que la Ley Trans «permitirá la experimentación, la hormonación y mutilación de niñas y niños sanos. Además de que con una autodeclaración sea suficiente para el cambio registral de sexo, sin presentar ningún documento, cambio físico o de nombre. Así que otorga un privilegio que no tiene nadie más, porque nadie puede autodeclararse discapacitado, huérfano desprotegido, refugiado, en paro…».
Desde la otra corriente, Yolanda Rodríguez (IU), admite que la división hunde sus raíces ya en la convocatoria del año pasado, cuando las organizaciones del Movimiento Feminista pidieron que se disolviera la Comisión 8-M surgida al calor de la huelga y la manifestación histórica de 2018 contra el machismo. «Nos pedían respetar cuatro líneas rojas para no dar el apoyo a la Ley Trans ni a las normativas del borrado de la mujer, además de abolir el género y el patriarcado. Entiendo que quien pide disolver, será quien debe marcharse, y esa ruptura se visibilizará este año, aunque en 2022 ya existía».
Rodríguez explica que se intentaron dos reuniones en febrero en busca de esa unidad y que la concejala de Igualdad de León, Argelia Cabado, intentó mediar, pero sin éxito. «Ofrecimos ir juntas este 8-M con consenso y estábamos dispuestas a apartar los puntos donde no hubiera acuerdo, pero no ha sido posible», admite. De modo que consumada la fractura, la Comisión 8-M sí saldrá con carteles en defensa de la Ley Trans desde la plaza de Guzmán el Bueno a Botines.
Pero, ¿todo está perdido, el feminismo se bifurca sin retorno?. Para la representante de Trece Rosas y miembro del comité del PSOE, Yolanda Arias, existe esperanza. «Me niego a hablar de ruptura. Es un desencuentro puntual y espero que se solvente, lo que pasa por sentarnos a hablar porque el diálogo es la única fuente de solución de los conflictos y tenemos la inteligencia suficiente para ver que los planteamientos pueden ser diferentes, pero si no se hablan, se enquistan». También señala que ella no se atrevería a arrogarse en la defensora del feminismo puro ni a dar lecciones, porque «existen tantos feminismos como hombres y mujeres lo sienten y lo defienden».
Admite que será un 8-M «triste» porque todas las organizaciones luchan «por la igualdad real entre hombres y mujeres, que la legal ya está desde 1978», e insiste en que el Feminismo no es una cosa solo de las asociaciones, «sino de toda la sociedad, porque debe reivindicarse desde los ámbitos cultural, social, económico, académico...
Y como cree que el Feminismo abarca todos los ámbitos, «excluir la política es un error, porque es desde donde se cambian las cosas, puede que para solucionarlas o empeorarlas, eso depende de poner con nuestra papeleta a los mejores políticos con criterio». Trece Rosas valora que en este río revuelto «gana la ultraderecha», teme algunos mensajes que están calando «porque son populistas» y recuerda que se puede gobernar «para nosotras o contra nosotras».
Precisamente Vox León no se decantará por la manifestación de las 18.30 ó la de las 19.00 horas porque no las secundará y se remite al posicionamiento nacional emitido por Inés Cañizares, que ve «propaganda del Gobierno Sánchez» el 8-M, un Ejecutivo que «desde que gobierna, las mujeres cada vez están más inseguras, son menos libres y tienen más obstáculos» para poder desarrollar su vida profesional y familiar.
La candidata del PP en León, Margarita Torres, tampoco irá porque no es partidaria de «dividir y sí de sumar». Opta por acudir al acto institucional del Día Internacional de la Mujer al mediodía en la Delegación Territorial de la Junta y recuerda que ella es «mujer trabajadora, madre que cría a su hijo sola e hija con padres a cargo que defiendo las acciones del feminismo real».
En UPL, el asunto se sometió al Consejo General del Partido tras abordarse en la Secretaría de la Mujer y se acordó salir en la protesta de la Comisión del 8-M, pero con la única reivindicación «de la igualdad de derechos de hombres y mujeres. No es el día de los transexuales ni de la violencia de género ni de otra cosa, es el 8-M», indicó Rosa María Fernández Velilla.
Podemos se siente atacado y defiende integrar en la lucha feminista todo al creer que su manera de legislar es la «correcta y valiente», aunque sus posicionamientos han abierto una auténtica fractura en la defensa de la igualdad. En realidad, la pelea por el Feminismo ha ido evolucionando en sus objetivos según se iban cosechando logros en derechos y libertades.
A finales del siglo XVIII, cuando se puso sobre el tapete que las diferencias entre sexos solo eran producto de la cultura, la principal reivindicación que efectuó el Feminismo fue la del acceso de las mujeres a la educación. En el XIX, el derecho al voto, que las leonesas lograron efímeramente en 1931 de mano de la primera República, casi 40 años más tarde que en Nueva Zelanda. Las sufraguistas dieron paso a mujeres que, tras la segunda Guerra Mundial, alzaron la voz por la independencia, los salarios justos, el control de la maternidad y el divorcio sin presiones.
El lenguaje cambió tras la interpretación de una obra cumbre, El segundo sexo, de Simone de Beauvoir, que incide en que no existe nada biológico que justifique los roles de género, porque el «género es una construcción social». El Feminismo pedía cambios para lograr la igualdad de hombres y mujeres , pero sobre todo erradicar el patriarcado y la dominación del hombre sobre la mujer. Se comenzó a hablar de la violencia sexual, de la brecha salarial y de los techos de cristal. Las notas de la discordia respecto a los mensajes surgieron el año pasado al hilo de la Ley Trans y el Sí solo es sí, pero se lograron tapar. Hoy, afloran.