Más de 13.000 M€ de ahorro siguen sin cobrar intereses mientras suben los créditos
Los bancos se resisten a remunerar los depósitos de los leoneses
Los depósitos bancarios (sobre todo las cuentas a la vista) siguen siendo la forma más frecuente de ahorro de los leoneses . Más de 13.000 millones de euros se guardan en las libretas de las entidades, según el último dato publicado por el Banco de España. Un dinero que ha perdido valor durante el largo periplo de tipos de interés cero, pero que ahora, cuando los intereses llevan meses subiendo y aplicándose a créditos e hipotecas, no acaba de concretarse en la rentabilidad del ahorro aparcado en los bancos. El Banco Central Europeo y el Banco de España han advertido en las entidades nacionales, que van a al zaga de las del resto de la zona euro en remuneración a sus clientes, de que se ha acabado el tiempo de acumular márgenes y es hora de pagar por el dinero que tienen depositado. En los próximos meses se esperan ofertas que despertarán las propuestas de la banca para recompensar a los ahorradores. Aunque no habrá, como en otros tiempos, guerra por captar los depósitos.
El ahorro tradicionalmente conservador de los leoneses ha seguido engordando en los depósitos que se realizan en los bancos en los últimos años. Incluso después de la pandemia, con los últimos meses de encarecimiento de precios y dificultades económicas . Los bancos guardan en León 13.848 millones de euros en depósitos (el último dato es del pasado septiembre), casi 13.000 de ellos en manos de empresas y familias. Son unos 500 millones de euros más que un año antes.
De ese total 12.080 millones están en libretas a la vista, lo que supone un incremento de 723 millones de euros en las cartillas de los leoneses en sólo doce meses; mientras que el volumen de depósitos colocados a plazo se ha rebajado en ese tiempo en 260 millones por la falta de rentabilidad, desde 1.144 millones a 884, el último dato oficial.
Más dinero a la vista
En el último año los leoneses han sumado 723 millones de euros en las cartillas a la vista
El dinero en los depósitos bancarios lleva muchos años lejos de ofrecer rentabilidad, aunque en los últimos meses la tendencia debería estar cambiando. Seguirán perdiendo valor porque la inflación y las comisiones se comen mucha más parte de los ahorros de lo que pudiera generar el abono de intereses, pero es que estos siguen sin aparecer en la banca nacional.
El largo período de tipos de interés cero o en negativo fue bueno para las hipotecas, pero malo para el ahorro. Ahora el progresivo aumento del precio del dinero, que volverá a subir el BCE en los próximos días, encarece hipotecas y créditos. Pero no se traduce aún en la remuneración del dinero que los clientes guardan en los bancos. El ahorro más conservador sigue lastrado por el doble rasero de las entidades.
Tanto el BCE como el Banco de España han llamado la atención a los bancos españoles, sobre todo después de la presentación de los boyantes resultados conseguidos por las empresas el año pasado, para que repercutan a su clientela en encareccimiento del precio del dinero. El saneamiento del sector se da por concluido, pero se traduce en una abundancia de liquidez en las entidades (impulsada también por las condiciones de financiación del banco europeo tras la pandemia) que hace que no necesiten acudir captar fondos de los clientes. Como ocurrió entre 2009 y 2012, cuando la crisis de solvencia dio el último respiro a la remuneración de los depósitos.
Renta para los bancos
El retraso en pagar intereses a los depósitos transfiere la renta de los ahorradores a la banca
Las entidades se aferran además a la volatilidad y los mercados y la incertidumbre sobre el futuro económico: la base de su negocio es captar dinero para prestarlo a intereses superiores a los que pagan, y sin tener claro cómo evolucionará el crédito tensan la cuerda de la remuneración del ahorro.
Más allá, en los últimos años de tipos en negativo las entidades se han visto obligadas a redirigir su negocio hacia nuevos productos de inversión, para obtener mayores ingresos a través de comisiones y gastos de gestión. Y es hacia ahí a donde quieren dirigir el ahorro de sus clientes. Fórmulas de inversión en las que participan cada vez más ciudadanos, pero a las que se resiste el voluminoso contingente de ahorradores con aversión al riesgo de la provincia.