UNA LEONESA EN LA CORTE PENAL INTERNACIONAL
Sonia Robla: "La orden contra Putin tiene un tremendo valor simbólico porque trae esperanza a las víctimas"
La leonesa trabaja en la Corte Penal Internacional desde 2004 y remarca la importancia de la cooperación internacional para culminar el proceso contra el presidente ruso, algo que hay que ver "a medio o largo plazo". En la memoria, el caso de ex presidente de Serbia Slobodan Milošević
La leonesa Sonia Robla es la directora de Información Pública de la Corte Penal Internacional, organismo que ayer hizo pública la orden de arresto contra el presidente Valdímir Putin por la "deportación ilegal" y su traslado a zonas ocupadas de niños ucranianos, lo que supone un crimen de guerra. "La orden hay que mirarla a un medio y largo plazo, pero también tiene un tremendo valor simbólico porque trae esperanza a las víctimas, porque trata de poner fin a la impunidad. Esto no hay que menospreciarlo, porque demuestra que hay mecanismos internacionales que luchan por poner fin a la impunidad".
El proceso de investigación , como recuerda Robla, la inició el fiscal de la Corte Penal Internacional de 'motu propio' a la vez que más de 40 países -entre ellos España- realizaron una solicitud conjunta. "Fue la primera vez que ocurría esto", precisa, para remarcar que, por ejemplo, en el proceso de Venezuela, que también fue una solicitud masiva, fueron seis los países adscritos a la Corte los que firmaron la solicitud para que se abriese una investigación.
La excepcionalidad del caso de Ucrania también está marcado por el hecho de que el país que dirige Volodímir Zelenski "no es un estado parte de la Corte Penal Internacional, pero antes de la guerra había hecho una aceptación específica de aceptación de la jurisdicción de la Corte, aunque no ha firmado el tratado".
Respetando al máximo toda la confidencialidad que exige su alto puesto en La Haya, Sonia Robla relata de forma precisa cómo ha sido el proceso de la investigación abierta hasta que la Corte Penal Internacional ha emitido la orden de arresto contra Putin. Los últimos días han estado marcados por la vorágine informativa, de la que "tan sólo se ha hecho pública la orden de arresto, no su contenido. Aunque habitualmente se suele hacer pública de forma íntegra, en este caso tan sólo se han dado a conocer los nombres, un resumen de los crímenes y los modos de responsabilidad". "Esto ha sido así porque hay un objetivo fundamental, la protección de las víctimas, porque en este caso son niños, son los más vulnerables y esto es muy serio en la Corte, porque normalmente nos movemos en un entorno peligroso y las víctimas se encuentran en situaciones complejas durante todo el proceso".
" La esperanza de la ejecución está ahí; cuándo, ya veremos".
Sonia Robla remarca que la Corte Penal Internacional "no cuenta con ejército ni policía" para arrestar a Putin. Pero el valor de la orden hecha pública el viernes cuenta con el respaldo de los 123 países que la apoyan. "La cooperación internacional es muy importante, porque limita los movimientos del sospechoso -como se determina en el organismo al que normalmente se llama acusado- porque todos estos países que tienen suscrito el acuerdo están obligados a cooperar y ejecutar la orden".
Esta leonesa políglota, que habla con pasión de la importancia del organismo para el que trabaja desde el año 2004, también remarca el valor de la orden contra Putin, basándose en casos previos. "La historia de los tribunales internacionales está llena de ejemplos, como el de Milošević. Cuando se emitió la orden era presidente de Serbia y nadie pensó que se sentaría ante los jueces en el Tribunal para la Antigua Yugoslavia", dice para puntualizar y precisar que "los crímenes internacionales no prescriben y que la inmunidad como jefe de estado tampoco se aplica. La esperanza de la ejecución está ahí; cuándo, ya veremos".
La Corte Penal Internacional trabaja en favor de los principios, del derecho internacional, de la protección de los derechos fundamentales, de la convención de Ginebra...
Para Sonia Robla es fundamental esa esperanza que la orden contra Putin llevará a las familias que no son capaces de encontrar a sus hijos porque la Corte Penal Internacional trabaja en favor de los principios, del derecho internacional, de la protección de los derechos fundamentales, de la convención de Ginebra... un trabajo que reconforta y que busca un mundo más justo en el que nadie quede impune por genocidios, por crímenes de lesa humanidad o
guerras que en sus propios países no son, o no pueden, ser juzgados.