El coste de la vida, en la rotonda de Montejos
Hay más promesas incumplidas al hilo de la inclemencia de la línea continua de más de tres kilómetros que encorseta la circulación por el corredor de la N-120. La rotonda prevista en Valverde, para devolver capacidad de maniobra y giro desde la nacional a la carretera de Montejos, apéndice y salida natura para el Órbigo, está perdida en el tiempo. La última disculpa del Gobierno sobre esta estructura que es el coste de la vida; el incremento de los precios, que deshizo la intervención estudiada con anterioridad a la época del covid, y que ha desarbolado el plan del ministerio de la obra pública para saldar esta intersección, que mantiene anclado a León, también por eso, en mitad del siglo pasado. Uno de los altos cargos del ministerio de Transportes que acudió a León en días pasados para dar promoción al rescate de la ronda norte y el soterramiento en la LE-20, justificó por el desfase de los precios este nuevo retraso administrativo con la rotonda. Otra vez a calcular el proyecto. Se prometió hace siete años; y, ahora, se fía para dentro de dos o tres ejercicios; más ruido en el suplicio de la N-120.