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Otro imprevisto de Adif bloquea de nuevo las obras de la urbanización de Feve

La adjudicataria espera la aprobación del modificado del proyecto que el ente ferroviario no definió de modo correcto

El sector de Feve se mantiene con el desmonte de los terrenos efectuado a mediados de julio. J. NOTARIO

León

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El listado de incidencias del proyecto de urbanización de la estación de Feve encuentra una nueva parada. Cuando parecía que ya no había freno para las obras, después de que la Comisión Territorial de Patrimonio autorizara continuar con los trabajos al no apreciar valor en los r estos arqueológicos hallados , aparece de nuevo el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) para dejar en vía muerta la actuación. Seis años más tarde de que se empezara a planificar la intervención, de los cuales cinco se perdieron en maniobras de dilación en los despachos del ente estatal, todavía surgen incidencias que ponen en cuestión su avance.

Los trabajos aguardan ahora a que el Adif y toda la maquinaria burocrática del Estado asociada aprueben el modificado del contrato para contemplar las intervenciones que no estaban previstas en los pliegos de condiciones y que la adjudicataria del proyecto reclama. La Unión Temporal de Empresas (UTE) formada por Tecsa y Dragados defiende que han aparecido nuevas unidades de obra que no venían en el encargo, ni por supuesto entraban dentro de la factura de 2.809.796,44 euros que presentaron en la oferta con la que ganaron el concurso público, al que optaban otras 25 plicas.

La reclamación de las empresas empieza por avisar de los gastos que han tenido que afrontar para la intervención arqueológica . La partida que se apuntaba en los pliegos de condiciones pasaba por poco más que testimonial para cumplir con las catas preceptivas y el control arqueológico, pero la aparición de los restos hizo que se multiplicara.

Aunque no se queda solo aquí la reivindicación. La UTE reivindica que se tenga en cuenta que han surgido necesidades que no se contemplaba en los planos que marcaban el guion de los pliegos de condiciones del concurso. Entre otras incidencias se cita la aparición de un muro de contención de la obra anterior, con la que se integró la traza ferroviaria, y que ahora se tiene que demoler. Se sabía de sobra que existía y que había que eliminarlo para la urbanización, pero el Adif no lo advirtió, a pesar de que contó con el auxilio de hasta dos proyectos de redacción: un primero adjudicado a una empresa de ingeniería leonesa y luego, tras años de inactividad, otro nuevo encargado a Ingeniería y Economía del Transporte (Ineco), una sociedad pública dependiente del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, para que actualizara las necesidades.

Sin sustento en los pliegos de condiciones, las empresas insisten en que hay que demoler, hacer una nueva gestión de residuos, aplicar la valoración de la maquinaria nueva y ajustar las unidades de obra a la realidad. Nada nuevo en León con el Adif, que ya tuvo que aprobar un modificado en la obra del soterramiento de la alta velocidad porque, tras hacerse con el encargo, la adjudicataria descubrió que el proyecto expuesto por el ente estatal no contenía muchas afecciones de servicios y trabajos que había que ejecutar.

Aunque el modificado no supondrá un incremento notable de la factura, el Adif debe aprobarlo. Pero el avance vuelve a trabarse en los mismos despachos de Madrid en los que ya se demoró durante más de cinco años la ejecución de la urbanización del entorno de Feve. La maquinaria burocrática del organismo estatal no ha dado todavía el visto bueno para la inclusión de estas nuevas unidades de obra y su consiguiente factura añadida. A pesar de que la discusión se arrastra desde hace casi medio año, los responsable del ente dependiente del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana no han encontrado la salida para que los operarios de la contrata puedan volver a la zona de las obras.

El nuevo capítulo ahonda en los más de cinco años que se perdieron en los retrasos provocados por el Adif desde que en febrero de 2017, con las obras de integración a punto de ultimarse, se planificó la urbanización del sector de la estación. Pese a la celeridad y la diligencia de los técnicos del Ayuntamiento, que llegaron a facilitar al ente ferroviario el convenio y los instrumentos de planeamiento necesarios, desde Madrid dilataron su registro. Cumplido este trámite, el siguiente nudo de la madeja se formó con la licitación y adjudicación de las obras, un trámite en el que se tardó casi un año desde la presentación de las ofertas por parte de las empresas hasta que los responsables del ente adjunto al ministerio tuvieron a bien determinar la selección de la empresa encargada. Parecía que los problemas acaban con el inicio de las obras a mediados de julio. Pero había que contar con que se trata de Adif.