Nueve meses por delante, si Adif quiere
La obra de la urbanización de Feve está parada casi desde que empezó a mediados del mes de julio. Apenas unas semanas después de que los operarios comenzaran con el desmonte, la cata arqueológica preceptiva alumbró restos bajo la cimentación de la antigua casa de los guardas, que se había derribado en 2014, dentro del proyecto de integración de la traza. A pesar de que se apuntó que podrían pertenecer al acueducto de la Legio VII, los trabajos de la excavación más pormenorizada hecha en noviembre sirvieron para determinar que se trata de «muros paralelos de canto rodado que pudieron servir de contención ante posibles crecidas de la presa de san Isidro, muros cuya cronología no ha podido establecerse de manera fehaciente, si bien se apunta que pudieran ser de tiempos medievales o modernos». No hay ya obstáculo, más allá del propio Adif, para continuar con la actuación que abrirá dos nuevas calles, una paralela a Renueva y otra como prolongación de Bilbao, que creará un gran parque en la zona central y dejará adecentadas cinco parcelas para la construcción de otros tantos edificios. Quedan al menos nueve meses de labores por delante. Aunque nunca se sabe. Mientras, se espera la normativa demorada desde 2017 para la vuelta de los trenes, más de once años y medio después de que partiera el último. Todavía no los han encargado.