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ENTREVISTA CON EL PRESIDENTE DE LA FELE

Juan María Vallejo: «Hay que crear un observatorio de promesas y vigilar que se cumplan»

Juan María Vallejo, en su despacho en la Fele. J. NOTARIO

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León

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«Cuando llego escucho, pienso y luego actúo. Eso haré en la Fele». Eso y crear un «observatorio de promesas» políticas para vigilar su cumplimiento. «Debería estar prohibido prometer dos veces lo mismo». Juan María Vallejo llega a la patronal con el empeño de poner en valor al empresario, y sin mirar más allá de un año, cuando la Fele convocará elecciones. Presidente de la constructora Geoxa y de la Asociación Leonesa de Edificación y Obra Pública (Aleop), lamenta que se esté maltratando al empresario. «Somos parte de la solución, no el problema».

–¿Cuáles son sus proyectos inmediatos en la Fele, y cómo se plantea este período de un año, hasta que se convoquen las elecciones?

–Primero sondear todas las asociaciones, para ver las fortalezas y debilidades tanto de las más grandes como de las pequeñas. Además, ahora con las elecciones los partidos nos han requerido dialogar, queremos ver cuáles son sus planteamientos. Es bueno oírles para hacer un observatorio de las promesas, y ver después cómo se cumplen. Un cumplimiento gradual, las cosas no se hacen todo de inmediato, pero sí hay que comprobar que hay intención de cumplimiento. Respecto a dentro de un año, no me lo planteo. Yo me pongo a trabajar, veremos lo conseguido y se tomará una decisión que ahora no tengo tomada.

–¿Cómo valoran la lluvia de millones en inversiones que se está anunciando en los últimos días?

–Hay que poner plazos, fechas y presupuestos, y vigilar el cumplimiento. ¿El Corredor Atlántico? Se habla de un plan director en octubre. Eso es importante, conlleva plazos e importes. Yo sé perfectamente que los plazos administrativos son largos, y en medio puede haber vuelta atrás, incidencias,... Pero está claro que si hay una promesa lo que debe de haber son pasos hacia cumplirla. Y eso sólo se consigue si se plasma en el boletín oficial correspondiente. Por ejemplo la autovía León-Valladolid. Si sumáramos los 100.000 euros que se llevan presupuestando desde hace más de diez años ya habríamos hecho un par de kilómetros más. Ahí no existe intención administrativa ni política de dar un paso más. San Marcos. Volver a prometer lo que se prometió hace un año no parece una buena idea. Creo que debería estar prohibido prometer más de dos veces lo mismo. No podemos impedir que las hagan, pero sí exigir que se cumplan.

–¿Qué le hace falta a León para salir de este círculo de retraso en el desarrollo de proyectos e incapacidad para exigir soluciones?

–Las grandes inversiones transversales son del Gobierno central, en las autonómicas siempre acabaremos teniendo un centro de salud, o un instituto,... Pero las otras son las que afectan al resto del territorio, y hacen que sea más cercano y más accesible. No podemos entender ese retraso acumulativo. Es cierto que en la misma situación que León están otros territorios, pero está claro que lo importante en las inversiones es priorizar. No podemos pedir todos lo mismo, al mismo tiempo y en la misma cantidad; pero hay que hacer valer esa necesidad de priorizar aquí la inversión. León tiene una importante pérdida de población, mucha joven. Y la única manera de atraer a los jóvenes es visualizar que tenemos un tejido empresarial capaz de generar puestos de trabajo atractivos. Y para mejorar el tejido productivo son necesarias las inversiones, hacer el territorio más accesible. Es un buen momento, en breve veremos la intención de las promesas que nos hacen y si se recogen en el boletín.

–Señaló en su toma de posesión que el ambiente económico y político es bronco y hostil.

–El momento no es fácil, porque generar beneficio empresarial exige tener paz empresarial, social y jurídica. Es difícil atraer inversiones con bronca constante. Si eso lo unimos a factores externos como la situación financiera de los mercados, peor aún. Ahí no podemos tomar decisiones, pero en el clima social y empresarial sí. Y en este momento el clima no está en su mejor momento.

–¿Considera que se está atacando a los empresarios?

–De una forma innecesaria. Sin tener en cuenta que las empresas son las que crean empleo y parte de la solución. No la única, pero sí necesaria. Lo que está ocurriendo puede desmotivar al empresario para seguir invirtiendo. Independientemente de la ideología que tenga cada uno, la mejora del tejido empresarial es fundamental, hay que contar con nosotros.

–¿Cómo valora algunas de las últimas medidas del Gobierno, como la subida del SMI o las pensiones?

–Estamos de acuerdo en subir los salarios, la inflación es importante. Pero se está queriendo dar la impresión de que no estamos a favor de nuestros empleados. No estamos en contra de subir los salarios, pero sí de que nos obliguen y nos impongan cargas impositivas que pueden perjudicarnos. No porque bajen los resultados de las empresas, sino porque en muchos casos se pone en peligro su viabilidad. León tiene sobretodo microempresas, la carga social es muy importante para ellas, y si la única forma de recaudar que se encuentra es incrementar las cargas sociales y los impuestos, que es la forma fácil de resolver la ecuación, se crean problemas. Hay otras fórmulas como optimizar el gasto y los recursos. En las pensiones estamos de acuerdo en la progresividad, pero en este momento incrementar las cargas a las empresas pone en peligro que salgan adelante.

–¿El diálogo social está en peligro?

–Estaba más fácil hace un año. Hay que hacer un esfuerzo por todas las partes para llegar a un acuerdo. No creo que esté en peligro, pero es cierto que no vive sus mejores momentos.

–¿Cómo están soportando las empresas leonesas esta cadena de crisis económicas?

–Hemos tenido dificultades muy diferentes. La pandemia se solventó razonablemente bien. Pero las consecuencias de cuello de botella, mano de obra, inflación,... se han ido acumulando. Cada uno está intentando solventar las dificultades, como esta última parte de los bancos que ha venido de fuera y nos hace tambalear. Desde luego depende mucho de la resistencia interna que tenga cada negocio, de momento se está sorteando. Pero alargar los problemas complica la situación de muchas empresas. La pandemia nos ha hecho resilientes, hemos tenido que pelear y trabajar.

–¿Están llegando los fondos Next Generation al pequeño empresariado leonés?

–No están calando, porque se crearon con la idea de aportar inversiones y soluciones económicas, pero han ido surgiendo zancadillas. Una inflación que no estaba prevista. Y ahora una crisis diferente, que no ha dado la cara, siempre dicen que va a llegar el invierno pero el consumo al final existe. Tenemos un cierto pesimismo que también es necesario desterrar. Los fondos eran un apoyo y generaron gran optimismo, pero las dificultades y la guerra lo han desdibujado. Sin negar que las inversiones están llegando, aunque no como esperábamos. Calan, pero no tan rápido como queríamos.

–¿Por qué las empresas tienen problemas para encontrar mano de obra adecuada?

–Por eso quiero tomar el pulso en los distintos empresariales, porque es un problema generalizado. En unos casos es falta de relevo generacional, en otros no consiguen ser atractivos para emplear. Es un problema social, hay parados y no se encuentran trabajadores. Las empresas tienen que incentivar para ser atractivas, y no es sólo salarial.

–¿Qué impronta personal le gustaría marcar en la Fele?

–En todos los proyectos llego, escucho, pienso y actúo al final. Primero tengo que escuchar. Tengo ilusión por poner en valor a los empresarios en la sociedad, visualizar nuestra labor. Y quiero luchar porque León sea cada vez más atractivo, no sólo para los turistas, también para los leoneses.