Los leoneses tienen la idea de vivir en la ciudad más sucia y descuidada de Castilla y León

León destaca entre las ciudades del país en la que los ciudadanos se muestran más insatisfechos con los servicios de limpieza municipales , y la que se percibe como más sucia entre las 9 capitales de la Comunidad.

La presencia en calles y jardines de  excrementos de mascotas , restos de botellones, grafitis en las paredes, contenedores y descuido de los barrios periféricos son los aspectos que más critican los leoneses del estado de la ciudad. Una cuestión que «los vecinos tienen muy en cuenta cuando llegan las elecciones , como ocurre este año».

Así lo recoge un informe de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), que reconoce que la limpieza de las calles es «uno de los mayores quebraderos de cabeza para cualquier ayuntamiento». Añade el informe que «es razonable pensar que existen razones de gestión que explican la diferencia» en la valoración que los ciudadanos hacen de la limpieza de sus vías. Que en general no obtiene una buena calificación, pero que en el caso de León se encuentra entre los «puntos negros» de la suciedad en la geografía española.

La encuesta de satisfacción con la  limpieza viaria  se ha realizado en 69 ciudades, En el caso de León no se ha facilitado el gasto en limpieza por habitante, pero únicamente obtiene un buen resultado en lo que se refiere a la satisfacción con la limpieza de parques y jardines. Y se valora como menos mala la gestión de las plagas y los vertederos.

En la Comunidad destacan los buenos resultados de Soria, Salamanca, Valladolid, Burgos, Segovia y Palencia en cuanto a la satisfacción de sus ciudadanos sobre la limpieza; pero suspenden como ciudades más sucias León, Ávila y Zamora. Los peores resultados son para León, que aprueba «por los pelos».

Exhaustiva

La encuesta, señala la organización de consumidores, es «bastante exhaustiva e indaga hasta en una docena de aspectos relacionados con la limpieza urbana ». Sobre todo incide en aquellos que considera más relevantes y sobre los que la «competencia de los consistorios es más clara».

Las peores valoraciones, «y por tanto los problemas más acusados», se centran (como ocurría en encuestas realizadas en años anteriores) la retirada de los excrementos de las mascotas, junto con la limpieza de los grafitis y la del entorno de los contenedores.

Entre los generadores de suciedad que los ciudadanos consideran más críticos destacan los provocados por las mascotas y los botellones, «que están muy extendidos».

El estudio concluye que la clave de la satisfacción de los ciudadanos «no parece estar en asignar un mayor presupuesto per cápita o contar con un número superior de medios materiales y humanos destinados a estas labores. Es más: entre los ayuntamientos que informaron sobre este gasto, se aprecia incluso una débil corrección inversa».

Por lo que la organización de consumidores concluye que en cuestión de  limpieza municipal  «lo que sí influye positivamente es la asiduidad de las tareas: a mayor frecuencia de barrido y baldeo declarada, mejor calificación. Esto parece lógico, pero es digno de reseña, pues permite concluir que los ayuntamientos sacarían mejores notas a fuerza de más agua y más escoba, sin necesidad de maquinarias caras, sobre todo, en zonas periféricas, donde parece que se usan poco.

Los barrios, el «punto negro» olvidado en la limpieza municipal

El informe de la OCU presta especial atención también a «la limpieza general en los extrarradios». Y concluye que ahí no se están produciendo avances significativos. Señala que una de las grandes preocupaciones de los ciudadanos, más allá de que la limpieza de la ciudad sea buena o mala, se produzca de forma homogénea. Y ahí suelen detectarse «puntos negros», es decir, «lugares que se mencionan de forma recurrente como especialmente sucios y dejados».

En el caso de León la atención a los barrios no merece el aprobado de los ciudadanos, según el informe de los consumidores. Que insiste en que es una sensación generalizada, y que existen «zonas especialmente conflictivas». Que aunque no siempre tienen un patrón común, sí suelen centrarse en los barrios periféricos, que «es verdad que tienen un estigma de marginalidad y aparecen con frecuencia entre los mencionados».

La organización de consumidores, «a la vista de que los ciudadanos de una de cada tres ciudades del país suspenden su limpieza», hacen una serie de reivindicaciones a los ayuntamientos. «Prestar más atención a las quejas de sus habitantes, y un mayor control sobre los excrementos caninos, una queja muy generalizada». Sobre todo, «aumentar la frecuencia del barrido y el baldeo de las calles, sobre todo en la zona peor tratada de las ciudades», y en las capitales con peores valoraciones, como León.