La mujer desahuciada por su agresor: "Te hierve la sangre al ver que dan más beneficios al maltratador que a la víctima"

La leonesa víctima de violencia de género ha sido desahuciada de su vivienda en cumplimiento de una sentencia que otorga el disfrute del domicilio conyugal en años alternos a los miembros de la pareja. La mujer ha sido desalojada este viernes por la mañana de la casa en la que residía, en la calle Río Valdellorma de la capital leonesa. Su exmarido había sido condenado a cuatro años de prisión, acusado de un delito de violencia de género, pero se le había conmutadora pena. "Te hierve la sangre al ver que dan más beneficios al maltratador que a la víctima", ha asegurado esta misma mañana. 

Una comisión judicial ha procedido esta mañana a primera hora al desahucio de la mujer y sus hijos, sin atender sus propuestas. Pretendía presentar un recurso ante la Audiencia Provincial para demostrar que es la única vivienda que puede ocupar a partir de ahora, y que se encuentra apenas a 20 metros del domicilio en el que residirá su exmarido, que tiene una orden de alejamiento de ella, por la que no puede permanecer a menos de 500 metros.

La comisión judicial, después de estudiar las características del caso, ha determinado que no queda más remedio que permitir que se quebrante la orden de alejamiento, circunstancia que la víctima pondrá en manos de un abogado.

Un importante dispositivo policial ha vigilado el correcto cumplimiento de la sentencia, toda vez que apartir de ahora se abrirán otras vías. El letrado del condenado explicó a este periódico que la víctima había incumplido una serie de requerimientos judiciales y que la sentencia mostraba con claridad el camino a seguir.

La víctima sostiene que, por su delicado estado de salud, no puede residir en otra vivienda que no sea la que ha elegido, muy cercana al lugar donde va a vivir su agresor. Él, por su parte, ha presentado un parte médico en el que se reconoce la existencia reciente de un ictus, que modifica su movilidad y hace que sea más recomendable el sistema de residencia por años alternos que se ha elegido.

Más detalles

No es una historia fácil. M.M. y sus hijos fueron víctima de maltrato, según una sentencia judicial. Tras recibir los golpes, el vaso se llenó el 3 de julio de 2019. La Policía intervino y, tras la denuncia, el hombre tuvo que abandonar la casa familiar situada en León.

Fue condenado a 4 años de cárcel, pero logró que por problemas de salud se lo conmutaran por 290 días de trabajos comunitarios. En sus recursos ante los tribunales también 'recupera' la vivienda familiar. O, al menos, la jueza encargada del caso decidió que durante un año la mujer y los hijos salgan del piso para ir a ocupar otro que también poseen, aunque sin ascensor, y lo utilice durante doce meses el hombre. Transcurrido el año, se intercambiarán de nuevo la vivienda.

Las protestas y recursos de la mujer no han tenido eco, sin embargo, en materia de vivienda y, aunque la sentencia no es firme y se recurrió ante el Tribunal Supremo, la jueza de León sí ha ordenado que salgan de la vivienda para que entre el calificado como agresor. Un hecho que se ha producido a través de un desahucio a las 10.30 horas de esta mañana, sin resistencia.

Lo curioso es que la mujer, que vive con sus dos hijos de 21 y 30 años, no ocupará la casa sin ascensor, sino que habitará la vivienda que le dejaron sus padres fallecidos justo enfrente del piso familiar. Él vivirá en el portal número 2 y ella en el 3, a pesar de que existe una orden de alejamiento de 500 metros que la protege a ella y a sus hijos.

"Te hierve la sangre al ver que dan más beneficios al maltratador que a la víctima, y no entiendo la prisa que hay para que salgamos de la casa, aunque no haya sentencia firme, pero lleve esperando cuatro años por la liquidación de gananciales". Ella alega que no puede irse a una casa sin ascensor porque padece de la espalda y las articulaciones, "todo ello acreditado con resonancias magnéticas", pero eso o que sea la víctima no ha pesado en la justicia, lamenta.