VETERANOS QUE SE VAN
Julio González, alcalde de Valdepiélago desde 1979: «Si volviese a nacer no me habría presentado en 1979»
Había entrado en el Ayuntamiento una vez, para sacarse el carnet de identidad, pero la segunda, en 1979, se quedó dentro. Ahora, Julio González (Valdepiélago, 1953) se va.
—No tiene tantos años.
—Claro, es que empecé con 26 años.
—¿Qué le hizo de aquella presentarse?
—El alcalde anterior que había, José Luis Tascón de la Sierra, que dijo que tenía que presentarme y que para que viera venía él conmigo de número dos para ayudarme. Lo acepté un poco irresponsablemente.
—¿Después de tanto tiempo cree que acertó presentándose o si diera atrás no lo haría?
—Si hubiera vuelto a nacer no me hubiese presentado. No es nada gratificante ser alcalde de un ayuntamiento donde no tenía nada, de nada. Los medios son escasísimos, prácticamente nulos, para pagar al secretario y poco más. Te encuentras de todo. De la noche a la mañana ves que tienes 12 pueblos en el Ayuntamiento, que está todo en descenso porque empezaron a marcharse la gente, a quedarnos menos. Cuando entré había 800 y pico habitantes y ahora quedan 300 y pico. Es prácticamente imposible hacer nada, ni proyectar nada. Tuve la suerte luego de estar en la Diputación, donde arañamos un poco más para el ayuntamiento, pero con lo justo siempre.
—¿Qué le ha hecho decir que no esta vez?
—Hace 4 años ya dije que era la última. De cuatro años a esta parte mi salud mermó en un 90%. Son muchas las limitaciones y muchas las historias que ya no te permiten estar permanentemente para cumplir todos los días con tu obligación. El Ayuntamiento te lleva todo el tiempo que le quieras dedicar y mucho más
—¿Qué le dijeron en casa?
—Hombre, fue una gran satisfacción, claro.
—Le pasa el testigo a su hija.
—No. Eso fue cosa de ella exclusivamente.
—¿Qué le dijo cuando le avisó de que sería ella la candidata?
—Le dije: ‘ojo, que yo no quiero saber nada, que no digan que estoy yo detrás, que soy el que te pongo’. Le dije: ‘a mí, si me preguntas, te digo que lo dejes, que no te presentes’. Después ella decidió presentarse, yo creo que por no dejarlo en manos de otra gente.
—¿Qué consejo le ha dado?
—Que no se canse de asesorarse, de preguntar, antes de tomar decisiones. Los que más saben son los que más preguntan y los que más se asesoran.
—¿Cuál es el mejor recuerdo que guarda?
—Cuando ves que las cosas se hacen, que se cambian, que donde no había agua ni alcantarillado la pusiste, que donde no había luz la pusiste... No había teléfono en ningún pueblo del municipio y lo pusimos, no había calles pavimentadas... Eso te anima a seguir trabajando, tirando por el carro.
—¿Lo echará de menos?
—Yo creo que no.