La fiesta de Villabalter se convierte en una batalla campal entre grupos violentos y toda la policía de León y San Andrés
Los altercados a botellazo limpio movilizan a los antidisturbios y a otras seis patrullas de agentes nacionales y locales La Policía no pudo detener a los alborotadores al echárseles encima y dos agentes resultaron heridos antes de pedir que se suspendiera la fiesta a las 3 de la madrugada
A botellazo limpio. La noche grande de las fiestas de San Isidro Labrador en la localidad de Villabalter culminó abruptamente por altercados que requirieron la presencia de siete vehículos de las fuerzas del orden, lo que significa todos los vehículos de la Policía Nacional de León y San Andrés del Rabanedo en turno nocturno, de los agentes locales y hasta de la furgoneta de los antidisturbios.
La situación violenta fue de tal envergadura que la Policía no pudo llegar a detener a los alborotadores porque se les echaban encima, según fuentes de las fuerzas de seguridad. En los rifirrafes en el entorno de la calle Barcaduro una agente fue herida y sufrió una fuerte contusión en la mano derecha, además de que los agresores la arrebataron los grilletes y una linterna.
El conflictivo panorama con 3.000 personas en la fiesta provocó que la Policía pidiera al pedáneo de Villabalter que suspendiera la fiesta a las tres de la madrugada apagando la discoteca móvil y cerrando la tasca.
Las llamadas por botellones descontrolados, comas etílicos y peleas llegaron a la sala policial a partir de las 00.40 horas. Los agentes pudieron apaciguar esa primera revuelta, según indican las mismas fuentes. Pero a las 2.13 horas de la madrugada se produjo otra pelea de mayor calado que obligó a emplearse a fondo a las fuerzas del orden y a usar sus elementos de defensa.
Media hora después fueron requeridos a 100 metros por otros altercados a botellazos y hubo que pedir el refuerzo de todos los agentes del turno de noche de León y San Andrés, incluso de la UPR Sable 13 de los antidisturbios, especializados en seguridad ciudadana. Además de la agente, otro policía sufrió heridas en el talón izquierdo.
Lo de esta madrugada no fue una situación nueva. El año pasado ya se produjeron situaciones complicadas durante esta fiesta por grupos de botellones descontrolados, pero los agentes coinciden en que este año el panorama de enfrentamiento «se recrudeció por personas desplazadas del Crucero y alrededores que actuaron de alborotadores. Antes, los jóvenes del pueblo celebraban la fiesta, pero ahora llegan de otras zonas y se ha complicado», admiten.
El Sacyl también desplazó numerosas ambulancias para trasladar a algunos adolescentes al Hospital con comas etílicos e ingesta de otras sustancias, pero las cenizas de la fiesta muestran que las fiestas patronales requieren refuerzo policial.