EL ÚLTIMO VECINO
Luis Manuel Prieto, Tejeira: «Colmados y cantinas de pueblo deben ser bienes de interés público»
La Cantina de Teixeira es el último refugio de los vecinos de Tejeria, una aldea del extenso municipio de Villafranca de Bierzo que sufre el fantasma de la despoblación. Su dueño es el antiguo fotógrafo de prensa Luis Manuel Prieto Gaztelumendi, que ha visto cómo la pérdida de habitantes en el pueblo le obligaba a cerrar la zona de ultramarinos de la cantina para concentrarse en el bar y casa de comidas que completan su negocio. Eso sí, el hueco que ocupaban los alimentos es ahora ‘el rincón de pensar’, un osáis de libros.
Lejos de la política también, que le llevó a ser concejal, Gaztelu tiene claro lo que Tejeira necesita. Accesos, comunicaciones, ayudas para que los bares de pueblo sean bienes de interés pública por su labor frente a la despoblación y más atención sociosanitaria para unas poblaciones envejecidas como la de Tejeira de Ancares.
«Necesitamos arreteras y telecomunicaciones, internet de alta velocidad y telefonía», afirma. No en vano los problemas de conectividad y falta de cobertura telefónica son uno de los caballos de batalla del pueblo, donde Gaztelu también echa en falta ayudas para emprendedores. «En la Cantina, con dos empleados, hemos cumplido diez años abiertos y sin ningún tipo de ayudas y pagando los mismos impuestos que en las grandes ciudades cuando aquí solo somos 30 vecinos», se queja.
Y va aún más lejos. «Habría que considerar tanto los colmados como las cantinas de los pueblos como bienes de interés público, como centros de reunión y centros culturales para la población permanente de los pueblos», afirma
Gaztelu pide «promover las farmacias ambulantes» para acercar no solo las consultas médicas, también las medicinas a los pueblos.