Diario de León

El Ayuntamiento se apropia del éxito del Come y Calle para rentabilizar el negocio

La asociación cultural critica que el gobierno municipal saque a concurso su idea después de 7 años de crecimiento

El Come y Calle se organiza desde 2015 durante San Juan y San Froilán, en San Francisco. RAMIRO

El Come y Calle se organiza desde 2015 durante San Juan y San Froilán, en San Francisco. RAMIRO

León

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El Come y Calle se ha convertido en una marca. No existía hasta 2015, cuando la creó una asociación cultural de jóvenes leoneses. Pero ahora, siete anualidades después, con la pandemia por medio, el Ayuntamiento de León ha decidido apropiarse de la idea. Al margen de los convenios de concesión demanial que habían regido la relación con la administración, el gobierno municipal del PSOE ha optado por sacar a concurso la organización y gestión del evento que había «crecido desde la nada hasta convertirse en el gran referente de las fiestas patronales» de la capital leonesa, como advierten sus promotores de la feria de foodtrucks : las camionetas de comida que convierten el jardín de San Francisco en un espacio gastronómico, musical y cultural cada año por San Juan y San Pedro, a finales de junio, y por San Froilán, acaballado entre septiembre y octubre.

El cambio de postura varía incluso hasta el nombre y hace que «el esfuerzo de la organización de más de siete años pueda llegar a su fin de la manera más burda posible», alertan. Con el sello de Come y Calle registrado por la asociación, el evento sale a concurso como Food Truck Ciudad de León. La nominación pierde la imagen de marca y somete la selección de los organizadores a concurso «con unas condiciones draconianas», como recalcan desde el colectivo. Los pliegos marcan que las empresas interesadas deberán ofertar cuánto dan al Ayuntamiento de León por las dos fechas con una cantidad mínima de salida: 10.700 euros por once días de la cita de San Juan y San Pedro y 8.200 euros por las siete jornadas de San Froilán. En la valoración total de la que saldrá elegida la concesionaria el 75% dependerá de quién ofrezca más y el 25% restante se puntuará de acuerdo a las actividades adicionales que se oferten a mayores.

Las cantidades no distan mucho de las que han tenido que desembolsar desde la asociación. En las ediciones iniciales, desde San Juan de 2015 hasta el de San Froilán de 2019, el convenio regulaba que Come y Calle aportaba la programación cultural: más de un centenar de actividades de teatro, exhibiciones de baile, de ajedrez, talleres infantiles, actuaciones de magia y conciertos gratuitos en directo. En la nómina de participantes se anotan «grupos alternativos de la talla de Hinds, La Bien Querida, Ladilla Rusa, Joe Crespúsculo, El Último Vecino, La Plata o Shego, entre otros muchos, que hoy encabezan los carteles de todos los festivales», como recuerdan los afectados.

En suma, por cada edición estos gastos rondaron los 10.000 euros. Pero a mayores, se añadían los cerca de 9.000 euros de la sonorización de los conciertos del festival Suena León, organizado por el Ayuntamiento. No había ninguna otra ayuda por parte de la administración municipal, como señalan desde la asociación, que asumía los gastos de la limpieza, colocación de los servicios y todo el resto de costes de funcionamiento y producción. A cambio, ingresaba los pagos de los titulares de las furgonetas y las barras, aunque los beneficios «se reinvertían en actividades y mejoras», aclaran

Los pagos se vieron incrementados desde la edición de San Froilán de 2021. El gobierno municipal les reclamó a partir de entonces las tasas de ocupación: otros cerca de 10.000 euros que han abonado en esa cita y la de Juan de 2022, mientras que la de este pasado octubre todavía esperan que se la giren para poder liquidarla.

Pero ahora, el cambio de escenario somete a subasta la idea de la asociación cultural, mientras «no hay ningún otro evento de iniciativa privada con el que esté ocurriendo lo mismo», como alertan. «¿Por qué no se hace con otros como el Purple Weekend, la Feria de la Cerámica o la Feria del Libro? ¿Podríamos imaginar que algo así pudiera ocurrir con el Sonorama, el Mercado de Motores o el Primavera Sound?», se preguntan desde la asociación cultural Come y Calle, convencidos de que «muchas y muchos querrían organizar ahora esos eventos». «Las instituciones deben proteger las ideas, la innovación, la experiencia, el esfuerzo y la iniciativa local», se lamentan a la vista de la medida del gobierno municipal.

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