El acusado de maltratar a Sara Calleja vuelve a ser juzgado este martes en Mallorca
- El Ministerio Fiscal propone siete años de prisión por tres supuestos delitos, uno de quebrantamiento de condena, otro de maltrato psíquico y un tercero de coacciones
La familia de la víctima, tras un acto en León. JESÚS F. SALVADORES
El varón que mantenía una relación sentimental con la leonesa Sara Calleja poco antes de que la joven leonesa decidiera quitarse la vida , será juzgado este martes en Palma de Mallorca por un juzgado de lo Penal de la capital balear.
El Ministerio Fiscal propone siete años de prisión para el acusado por tres supuestos delitos, uno de quebrantamiento de condena, otro de maltrato psíquico y un tercero de coacciones. La defensa exige su libre absolución.
El encausado, residente en Bélgica , en libertad por esta causa de la que no ha sido privado, ejecutoriamente condenado por sentencia firme de fecha 16-06-2014 dictada por del Juzgado de lo Penal 2 de León como autor de un delito de amenazas en el ámbito familiar a la pena de nueve meses de prisión y a las penas de prohibición de aproximación y prohibición de comunicación por cualquier medio de comunicación o medio informático o telemático, contacto escrito, verbal o visual con la víctima por tiempo de un año, mantuvo una relación sentimental con ella durante tres años y dos meses, cesando la misma, por voluntad de ella.
"En ningún momento aceptó la ruptura, y no obstante haberle manifestado su persistente voluntad de no querer mantener ningún contacto con él, éste insistía continuamente en que volvieran a ser pareja o hablar o verse, realizando numerosas llamadas telefónicas a Sara a su teléfono móvil y a su teléfono fijo, remitiéndole igualmente cientos de mensajes y correos electrónicos con expresiones despreciativas e intimidatorias coartando y perturbando la tranquilidad y normal desarrollo de la vida de ella desde la ruptura de la relación y hasta marzo de 2014".
Como consecuencia «del incesante y persistente hostigamiento anteriormente relatado al que sometió a Sara a través de multitud de mensajes de correo electrónico, llamadas, comentarios en redes sociales sobre su persona y envío de cartas y paquetes postales, Sara sufrió una depresión mayor y fue diagnosticada de trastorno adaptativo mixto con ansiedad y estado de ánimo depresivo, que necesita un tratamiento farmacológico, psicológico y psiquiátrico. Ella no logró sobreponerse a la gravedad turbación psíquica que le había ocasionado y acabó con su vida del 11 de julio de 2015».