El Gobierno desoye las súplicas de León en el plan del Corredor Atlántico

León no es capaz de hacer cuña en los planes de desarrollo del Corredor Atlántico hacia el noroeste del país; tampoco sus súplicas calan en la agenda del comisionado del gobierno para esta arteria de mercancías hacia la periferia.

La última exposición conjunta de los empresarios del noroeste español, de Galicia, Asturias y León, que recuperaba la fórmula inicial, aquella con la que empezó todo y despertó a las autoridades sobre el abandono de este cuadrante territorial, no ha servido más que para que el comisionado fije una reunión con los empresarios gallegos; está fijada el 5 de julio, casi dos meses después de la cumbre de mediados de mayo en las que los máximos representantes del empresariado se reunieron en León para advertir al Gobierno de que tuviera en cuenta las aportaciones de este territorio en la confección del plan director del Corredor Atlántico.

Sin éxito, a la vista de que la determinación de los agentes sociales y económicos, principal baluarte del tejido económico de esta zona, no genera empatía entre los responsables del Ministerio de Transportes.

En algunos segmentos afectados ya se toma la nula inclinación gubernamental como un síntoma de lo que le espera a León en el desarrollo de estructuras en la futura extensión del Corredor Atlántico; la actitud distante contrasta con la reacción inmediata que se tomó con la provincia de Burgos, a donde ya acudieron el secretario general de infraestructuras, Xavier Flores, y el propio comisionado del Corredor, para aplacar los temores de sectores económicos de la provincia castellana, expuestos la pasada primavera con motivos de algunas referencias a reparto y asentamientos de enclaves de la red de transporte intermodal y ferroviario durante una reunión organizada en Valladolid.

Puede que la fórmula que le interesa a León como mejor sistema para encontrar desarrollo en el Corredor Atlántico, integrado en el conjunto del noroeste, no es la que más agrade al Gobierno; empeñado, según se aprecia en los primeros retazos que han transcendido sobre los planes estructurales en centrar puntos operativos hacia el centro y el este de la península, en puntos de la autonomía, y dejar a León como un paréntesis de paso y tránsito hacia Galicia y Asturias. La cita del comisionado con empresarios gallegos a comienzos de julio abunda en esa tesis que ya es clamos entre los sectores económicos leoneses interesados en lograr una palanca de evolución desde el Corredor Atlántico; a la cita de Galicia tampoco está invitada la Xunta de Galicia, una de las administraciones más críticas con la gestión del transporte hacia el noroeste.