La normativa tranviaria, el gran retraso que liquida la vía leonesa
La propuesta de meter el tren en trinchera , de deshacer lo que impide el paso de la circulación al centro, de soterrar, mantener el paseo peatonal arriba y el tren convencional en surco hasta el puente de Álvaro López Núñez , es una determinación que gana peso en una corriente creciente de opinión, que comparten expertos ferroviarios y usuarios. No haría falta trenes nuevos , aunque el coste sería más elevado.
Pegada a esta costra de inconvenientes se localiza la normativa tranviaria, que es necesaria para acompañar el tren tran (que aún no existe físicamente) , y que no está tramitada. No está tramitada desde que en 2017 se emprendió esta gestión.
Las últimas alusiones al avance en este proceso de la normativa tranviaria, pendiente de aprobación en el consejo de Estado y ene l Consejo de Ministros, posteriormente, resultaron ser falsas. Se unen a otras ficciones que terminan por explicar la situación actual del tren que no pasa del apeadero de la Asunción desde hace ya más de una decenio: daños derivados de aquellas cinco líneas de tranvía que se diseñaron para la ciudad de León , que terminaron por arruinar las perspectivas de Feve en León, en el tramo de esta vía de cien años a Matallana, que vinieron a encumbrar el mítico tren de la Robla como patrimonio histórico de León. Aún hoy, es posible que se expriman las plusvalías de los terrenos de la estación de Feve sin que se produzca la reapertura del ferrocarril.
No es escucha el tren en el barrio de las Ventas. Solo los ecos del freno y tope en el apeadero de la Asunción, lejos de aquella perspectiva de un centenario lustroso, con la afluencia animada de los viajeros a un ferrocarril que ha comenzado a inspirar documentales a la altura de la emoción y la historia que le precede.
Los cien años del tren de Matallana agitan el debate para salvarlo; en León y fuera de León. Ese dinamismo es el mejor regalo de cumpleaños para un tren que se niega a aceptar la condena a muerte.