El tren de Feve, en situación de paliativos
-El accidente sin víctimas ocurrido en Valcuende este fin de semana evidencia el estado de la red coincidiendo con el centenario de una línea del siglo XX con pasajeros del siglo XXI
Las distintas asociaciones reclaman que las vías vuelvan al estado anterior para que el tren de Feve llegue de nuevo al centro de León. MARCIANO PÉREZ
Los cien años del tren de Matallana son la espoleta para salvar la vía del estado terminal; para rescatarla de ese proceso de declive en el que entró hace diez años, cuando el corte de circulación y el tajo en la Asunción que cierra el paso al centro convirtió el escenario en un ferrocarril sin pasajeros . «¿Cómo va a haberlos, si el viaje termina en autobús, y no sabes si el trayecto dura 10 o 20 minutos, depende del tráfico», expresó un usuario en uno de los debates que por decenas florecen en esta efeméride de la León-Matallana.
Junto a los recuerdos emotivos, propuestas de futuro. Hablan extpertos en materia ferroviaria , en torno a la situación de paliativos de la vía leonesa que transciente de las fronteras provinciales: o el Gobierno compra los trenes tran o se vuelve a la situación de trinchera , anterior a esta reurbanización tranviaria que detiene desde hace diez años los convoyes a medio kilómetro de la estación de Matallana.
Cansados de las promesas que no se cumplen, diferentes asociaciones vinculadas al mundos ferroviario, de dentro y fuera de León, convocan reuniones y jornadas sobre el futuro de esta traza centenaria. El regreso a la trinchera, al estado anterior al cierre que sucedió a la época de las ensoñaciones socialistas con el tranvía y la reurbanización, sonroja a una década de gestión política que junto a las vías soterró una inversión millonaria que, de momento, no ha servido para dar vida al ferrocarril, que solo fluirá cuando los trenes regresen a los andenes de la estación de Padre Isla.
Levantar esta plancha que empaqueta la traza como un paseo tranviario conllevaría daños colaterales, como ese efecto en la estructura urbana, para el colector que se ha colocado en el pasillo a lo largo del barrio de San Mamés, que ya languidece entre tanta espera infructuosa por un tren que a esa altura debe ser tranvía.
Sonroja igual la otra solución, que es la compra de las unidades de tren tram, que tampoco se han acometido desde los estamentos ministeriales competentes en esta causa.
Un tren tram, la unidad, arrastra un coste que supone un desembolso medio de entre cinco y seis millones de euros; la promesa de adquirir las unidades necesarias para explotar la vía hasta el centro de la ciudad está aún con el trámite a cero; serían necesarias al menos 5 unidades para hacer eficiente la rotación de frecuencias y circulación en esta vía leonesa, que hace cien años estaba en mejores condiciones que ahora, sin trenes ni viajeros que se suban a ellos, por estos diez años de incertidumbre.
