La vía convencional de León a Asturias se reducirá a un ramal de cercanías a Ciñera
-La previsión de Adif es cortar en Puente de los Fierros y permitir el acceso de La Robla hasta la cantera de piedra
Otro añadido de incertidumbre al avance de los trenes entre León y Asturias se descifra por las variables de ancho de vía del soporte de la nueva conexión, que tras veinte años de obras, debería de estar lista para entrar en servicio en noviembre.
La fecha, la última que dio el Gobierno como referente para el estreno comercial de las galerías de la alta velocidad que ya han exprimido 4.000 millones de euros en ejecución, se pone en duda por parte de los sectores ferroviarios que intervienen en los ajustes y ensayos previos que tienen que acabar con la circulación sobre los raíles de la plataforma.
Faltan 5 meses para comprobar si tienen razón unos u otros, si el Gobierno o los empleados y expertos ferroviarios que ven imposible alcanzar el momento de los trenes por las galerías antes de que acabe este año. La Variante es un galimatías de sección de ferrocarril, de ancho variable y alternativo, que pasa de tramos de convencional ibérico a internacional, según la disposición mostrada en los planes de Adif.
Mientras se ensancha la espera de apertura de la Variante, más vidas extra para la rampa , condenada a convertirse en la próxima vía muerta de León, reducida a los escombros del abandono sin vuelta de hoja, por el corte que sufrirá una vez abran las galerías, y la conexión León-Asturias por vía convencional quede seccionado a la altura de Ciñera.
Interesa la piedra de esa cantera explotada ahí donde se estrecha el paso del Bernesga; no el servicio de viajeros, que se va a disimular como conexión de cercanías seccionada en un non plus ultra que no deja pasar el tren más allá de las vías de carga.
Al otro lado del Pajares, la vía tendrá punto y final en Puente de los Fierros, con lo que la legendaria leyenda que precede a la Rampa de Pajares quedará expuesta a inventario en liquidación entre lazos que hasta ahora experimentan mejoras y renovación con el fin de garantizar la seguridad en los pasos de los trenes.
Los dos extremos de los ramales de cercanías no se tocan; por el lado leonés, ese apéndice entre La Robla y Ciñera queda como testigo de cargo de un legado de siglo y medio condicionado ahora por la explotación de recursos de la montaña leonesa. Y hasta que dure.
Otra vía muerta que aparece en el horizonte del mapa ferroviario leonés ; sólo el retraso acumulado y reiterado con la plataforma de la alta velocidad ha permitido que la Rampa pueda llegar al borde de 2024 en plena actividad. Ya tenía fecha de caducidad para el pasado mes de mayo.