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«La actividad ha de generar beneficio en el entorno donde se lleva a cabo»

ramiro

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León

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El turismo activo no sólo ha cambiado radicalmente el concepto de riesgo y adrenalina con el que se inició en los años 90, sino que va más allá de la propia actividad para crear experiencias ligadas al destino. Y no tiene sentido si no genera un retorno, social, de empleo y económico, para el entorno en que se realiza. Así lo explicó ayer Raúl Temprano, vicepresidente de la Asociación Nacional de Empresas de Turismo Activo y Ecoturismo (Anetae), durante su ponencia en el III Congreso de Turismo Diario de León.

Temprano defendió la profesionalización de las empresas que se dedican a estas actividades, y que están registradas y cumplen una estricta regulación. Pero también comparten una filosofía que no sólo se adapta a las nuevas exigencias de los clientes, sino a un concepto que va más allá de la pura comercialización del producto.

La normativa, que es de carácter autonómico, se recoge en estas empresas en la Ley de Turismo de 2010, que tiene un decreto de 2021 que regula concretamente a estas empresas. Algunas de sus actividades se recogen también en la Ley del Deporte.

«Es una normativa destinada a garantizar la seguridad del turista. Se firman contratos con las obligaciones de las empresas, pero también de los clientes, porque hay actividades que requieren cierta destreza. Controlan los seguros y la protección al consumidor, junto con las titulaciones de los guías y la normativa medioambiental».

Raúl Temprano hizo un repaso histórico desde que aparecieron este tipo de experiencias, que en León comenzaron con el Club Peñalba en los años 60, que nació como organización deportiva y tuvo un papel determinante en la iniciación de la exploración de la cueva de Valporquero, por ejemplo.

El turismo activo tuvo su gran boom en los años 90, aunque entonces se ligó a la adrenalina, las actividades de riesgo. Ha ido evolucionando, y hoy alrededor de un 40% de los viajes que se organizan tienen un componente de turismo activo. Que ya no se relaciona con el riesgo, «sino que es más soft , adaptado para todos, para familias, relacionado sobre todo con la experiencia».

El vicepresidente de Anetae resaltó que España es una potencia turística en ese campo, y la actividad más demandada es el senderismo. «Que no consiste en andar, sino en generar una actividad organizada».

La demanda se centra también en el piragüismo, barranquismo, rápeles por cascadas, escalada, montañismo, y «una actividad relativamente nueva que es la vía ferrata. Con la observación de aves, que está cuajando muy bien y tiene un cliente sobre todo extranjero».

Personalizar estas experiencias permite que los destinos se deslocalicen. En España hay actualmente 4.950 empresas de turismo activo, Castilla y León es la quinta autonomía con 333 sociedades y León cuenta con 40 dadas de alta. La facturación supera los 500 millones de euros, «que puede no parecer mucho en comparación con zonas hoteleras y la restauración, pero que tiene gran importancia por el alto impacto que genera en el entorno».

En los últimos años, con el bache de la pandemia por medio, se ha registrado un incremento exponencial en las cifras de turistas activos, han pasado de un 15 a un 20% del total de viajeros. «Encontrarnos con el medio natural se ha convertido en una necesidad. En León esta actividad turística supera por ejemplo a la del Camino de Santiago, los idiomas, balnearios, golf,...»

Temprado señaló que «las iniciativas que se han centrado sólo en la actividad, sin valorar la experiencia ni el destino, a largo plazo no han funcionado. El valor diferencial está en asociar la actividad a un destino. Y ese trabajo hay que hacerlo entre administraciones y empresa. Es habitual que ayuntamientos o administraciones hagan grandes inversiones, últimamente por ejemplo en vías ferratas; pero eso no tiene por sí mismo por qué generar un retorno económico sostenible en el entorno. Es necesario que toda esta actividad deje empleo y actividad económica, que mejore la vida de quienes allí están y que no degrade el entorno». Por eso llamó también a hacer una estrategia de marca turística de las zonas donde se comercializa el turismo activo.