10 de julio de 1940, el día que León empezó a racionar el pan y la carne

Las efemérides pueden parecer simples números en un calendario (y realmente suele ser así en la mayoría de los casos). Pero en algunas ocasiones nos encontramos con eventos que destacan por encima de los otros. Es ahí donde las efemérides hacen las veces de 'ventanas' que nos brindan ilustradoras vistas al pasado, privilegiadas, como puntos de referencia únicos que ponen en perspectiva el transcurrir de la historia. Aunque a veces puedan resultar simples relatos de banalidades y curiosidades, no hay que minusvalorar su capacidad de atender al pasado para evaluar el presente y cuestionarse el futuro. Corría el día 10 de julio de 1940. La guerra había terminado en España hacía poco más de un año, pero el herido pueblo español todavía tenía que batallar contra el desabastecimiento y la escasez. El hambre fue la realidad que sucedió al cruento conflicto y las medidas fueron drásticas en todo el país. En León también.

Un miércoles 3 de julio de 1940, como cualquier otro día, el DIARIO DE LEÓN informaba a toda la región. Por entonces, este era un "periódico regional católico", tal y como señalaba el lema que precedía al escudo del águila de San Juan, el yugo, las flechas y demás símbolos del recién formado Régimen. En esta ocasión, el titular de la primera plana reflejaba otra peculiaridad: "Racionamiento del pan y la carne". A continuación, tras este contundente mensaje, el decano de la prensa leonesa reproducía la circular número 47, ordenada por la Comisaría General de Abastecimientos y Transportes y firmada por el entonces gobernador civil y jefe provincial del servicio de León, Carlos Pinilla : "León, merced a su riqueza propia, inagotable, no ha sabido todavía lo que es el racionamiento de estos dos preciados artículos alimenticios. La necesidad de atender un poco más ampliamente a nuestros hermanos de otras provincias y cumplir así el deber que como españoles y cristianos tenemos, se impone la necesidad de implantar en esta provincia lo que ya hace meses existe en las demás, un régimen de restricción en el consumo del pan y la carne". La medida se implementaría tal día como hoy hace 83 años.

El comunicado ofrecía una detallada lista de restricciones en torno a estos dos artículos, a cada cual más precisa y llamativa. Así, el pan solamente se podía despachar los días impares, "quedando por tanto, prohibido, bajo severa sanción, la venta en los días pares". Respecto a la cantidad, la ración era de 250 gramos por día y como solamente se podía comprar cada dos días, el límite estaba estipulado en los 500 gramos por compra. Los obreros que realizasen una actividad intensiva, por su parte, podían optar a una ración extra de 125 gramos por ración. Sería el Ayuntamiento, constituido en una Junta que integrase al "alcalde, cura párroco y jefe local de la Falange Española Tradicionalista y de las JON-S", quien gestionaría las peticiones de este suplemento que por familia no podía "exceder el total del 50 por 100 a las personas" que la constituyesen.

La carne, por otro lado, solamente podía venderse cuatro veces por semana "y a razón de 100 gramos por persona siendo estos días precisamente los domingos, lunes, martes y miércoles; en consecuencia, se prohíbe el consumo y despacho de carnes los jueves, viernes y sábados, con la sola excepción de las aves". También en este caso existían excepciones, a saber, los "enfermos" a los que se les hubiese formulado las correspondientes recetas "facilitadas únicamente en los casos de reconocida necesidad, haciendo responsables de cualquier abuso que con este motivo se cometa, en primer lugar, a los facultativos que las firmen y en segundo lugar a los beneficiarios".