El PSOE se aferra a que aún queda campaña e intenta ganar el ‘postdebate’
Los socialistas asumen que Sánchez fracasó en el objetivo de consolidar su remontada y acusan a Feijóo de anegar el cara a cara con mentiras
El debate, concebido por el PSOE como el gran hito de la campaña, no salió como Pedro Sánchez había esperado. El presidente del Gobierno aspiraba a apuntalar la idea que, según creían en su entorno y cabía deducir de la intención de voto declarada en los sondeos, empezaba a quedar en el ambiente tras sus múltiples entrevistas en programas de máxima audiencia: que está en condiciones de remontar el resultado del 28-M . En la dirección del partido nadie reconoce abiertamente que su líder salió derrotado. Pero los análisis resultan elocuentes.
«Nosotros vamos a ganar en el ‘postdebate’, la partida que prueba que Feijóo miente sin despeinarse», dicen.
Dedicar los esfuerzos a ganar la discusión del día después resulta indicativo de que no fue posible hacerlo cuando tocaba, cuando tenían la atención de unos 5’9 millones de personas. Pero eso es lo que intentó el líder socialista ayer después de haberse desayunado con unos titulares unánimes tanto en la prensa nacional como internacional sobre lo desacertado de su actuación. ‘Sánchez no logra la tan necesaria victoria en el debate electoral’, decía Bloomberg; ‘La apuesta del primer ministro español por un debate electoral fracasa’, apuntaba ‘The Times’; ‘Sorprende la facilidad con la que (Sánchez) se arrugó’, podía leerse en el Süd Deutsche Zeitung...
A su llegada a la Cumbre de la Otan en Vilna, (Lituania), el jefe del Ejecutivo aseguró sentirse «satisfecho». Y argumentó: «¿Enfrente qué tuvimos? Un señor Feijóo que ante la absoluta ausencia de proyecto político y programa, planteó una montaña de mentiras y el uso descarnado del terrorismo de ETA».
De una manera u otra los socialistas admiten que el presidente del Gobierno no supo enfrentarse al Alberto Núñez Feijóo con el que se topó en el plató de Atresmedia. «Ha ganado todos los debates parlamentarios en cinco años, ha bordado las entrevistas y ayer (por el lunes)... no parecía él», reconoce con pesar un dirigente territorial cercano al presidente sobre Sánchez. «Es verdad que Feijóo sorprendió —dice otro diputado más crítico— pero era ingenuo pensar que a un señor que ha sido 13 años presidente autonómico con cuatro mayorías absolutas no los íbamos a merendar. Pedro apenas reaccionó. Los primeros 15 minutos le dejaron muerto».
La metralleta de mentiras
En Ferraz aseguran que jamás minusvaloraron al líder del PP y que su actuación tampoco les pilló por sorpresa; que, pese a haber dedicado meses a glosar su supuesta insolvencia, sabían que podía desempeñarse con lo que para unos pudo ser aplomo y para otros «frialdad» de ‘killer’. «Lo que ocurre es que Pedro se encontró con el ‘galope de Gish’, una estrategia basada en la ‘metralleta de mentiras’ imposible de desmentir en tan poco tiempo y eso lo descolocó al principio, pero luego fue a más», abunda un miembro de la ejecutiva. «Él —remachan desde el comité de estrategia electoral— intentó llevar las ideas centrales de nuestro discurso y desenmascarar con mayor o menor acierto las mentiras que se plantearon, pero ese formato es complicado. El otro te distrae, te saca de tu carril...».
El carril de Sánchez era evidente. Llevaba semanas tratando de aglutinar el voto de la izquierda y de frenar el trasvase de votos al PP galopando a lomos de los pactos del PP y Vox y humanizando al personaje maquiavélico y sin escrúpulos con el que la oposición ha conseguido que muchos españoles le identifiquen. En su equipo aseguran que, aunque el lunes no ofreciera los resultados que cabía esperar, no variará la estrategia. «Tenemos que seguir hablando de Vox porque estos 20 días le han quitado la careta a mucha gente», defienden.
El mensaje oficial es que sigue habiendo partido y lo ocurrido no cambia nada. Ahora se rebaja la importancia del debate igual que hace unos días se magnificaba.