Diario de León

Feijóo confía en que su triunfo en el debate vacíe el caladero de votos de Vox

El líder nacional del PP sale reforzado del duelo pero alerta contra la «relajación y la euforia» porque las elecciones aún «no están ganadas»

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Con apenas tres horas de sueño y un calor insufrible Alberto Núñez Feijóo se plantó ayer pletórico en Ciudad Real para darse un baño de masas después de torcer el brazo a Pedro Sánchez en el único cara a cara de esta campaña electoral. Aplausos, gritos de «presidente, presidente», felicitaciones y un aluvión de selfies que sirvieron de termómetro para Génova, que cree haber frustrado toda posibilidad de remontada del PSOE, y está ahora a la caza del votante de Vox. «La del PP es la única papeleta. Elegimos entre un Gobierno sólido o uno con Pedro Sánchez», lanzó el líder de los populares ante las cerca de 600 personas que aguantaron estoicamente los más de 40 grados en la capital manchega.

Feijóo busca un resultado claro, alcanzar los 150 escaños, para que la presión sobre los socialistas para lograr su abstención sea más fácil. Si supera el listón de los 160, a partir de donde es posible que obtenga más diputados que el conjunto de las izquierdas, evitará además contar con ministros de Vox en su Ejecutivo. Pero para alcanzar ese objetivo necesita seguir recuperando a los votantes que hace cuatro años se decantaron en las urnas por la formación de Santiago Abascal.

Un trasvase de voto amplio que empiezan a recoger las encuestas y que el expresidente de la Xunta está convencido de que se reflejará en los resultados del 23 de julio. Tanto el candidato popular como su equipo reconocen pasado el trance que no esperaban tan mal desempeño de Sánchez. Creen que después de encerrarse durante cuatro días con una legión de asesores —800 ironizó Feijóo durante el mitin— lo llevaría «más preparado», incluso con algún anuncio sorpresa bajo el brazo. Pero tras los primeros diez minutos donde el dirigente conservador logró poner a su rival a la defensiva y comprobar que no era capaz de «contrarrestar ningún dato ni ninguna afirmación», dieron el debate por sentenciado. «Sabía que me iba a salir bien, pero no tan bien», admitió Feijóo, que considera que su rival se confió pensando en que el duelo sería como los que les ha enfrentado en el último año en el Senado.

El líder de los populares está satisfecho también porque cree que el revolcón a Sánchez ha servido para «enchufar» al partido, que estaba cansado del esfuerzo de las municipales y autonómicas, pero siempre con la advertencia de que no es momento de confiarse. «Lo peor —reflexionó— sería una relajación y una euforia irresponsable». En la dirección nacional prefieren ir con pies de plomo porque todavía queda mucha campaña por delante y los comicios «no están ganados».

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