Historias de la mili
-Un grupo de reclutas que pasó por el Ferral regresa a la base para recordar sus andanzas
Organizados a través de las redes sociales, los reclutas que pasaron por el campamento de instrucción de Ferral, lo que hoy es la Base Conde de Gazola, recorrieron ayer las instalaciones en las que pasaron parte de su juventud cuando fueron llamados a filas para participar en la mili. De Pamplona, Cádiz, Santander, País Vasco, Sevilla, Murcia, Valencia... «de todos los rincones de España», apuntó José Manuel Zubero Aristimuño, administrador del grupo de Facebook Yo pasé por el Ferral, y que ha organizado el encuentro, en relación al grupo de 59 reclutas durante estos días se ha reunido en León para recordar las batallas de aquellos días en los que su vida se centraba en «la instrucción militar, para aprender a ser soldados, a manejar armas y desmontarlas, las graduaciones, el tiro...» en lo que se conocía como el CIR 12.
Son más de tres mil los reclutas que forman parte de la comunidad Yo pasé por el Ferral porque «las amistades de la mili no se pierden, convives durante un año entero en el que compartías de todo, desde la ropa al dinero hasta la cuchilla de afeitar... era un compañerismo que ahora no existe», comenta Zubero.
El grupo que ayer visitó Conde de Gazola pasó por el Campamento de Instrucción de Reclutas de Ferral entre finales de la década de los 70 y principios de los 80. En algunos casos, casi medio siglo después, Zubero explicó algunos de los cambios más significativos de las instalaciones militares con nombres que para ellos se quedaron grabados como el Costerón, el Calvario o la senda de los elefantes, unos recorridos y espacios por los que los reclutas iban siempre corriendo porque su estancia en Ferral era «frenética».
Es la tercera vez que este grupo regresa al campo de instrucción de Ferral y no descartan volver en breve, en unas quedadas que sirven para mantener vivas, a pesar del tiempo, aquellas amistades que fraguaron en la mili.