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El efecto ‘boomerang’ que explica cómo la despoblación destruye también el empleo

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León

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Que el desempleo se reduzca es una buena noticia. Que la población activa se desplome a pesar de que se crean puestos de trabajo no. Es la incoherencia entre una economía que crece y un mercado laboral que merma. En buena parte del país este fenómeno se explica por el envejecimiento, en León el factor añadido (y más preocupante) es el imparable éxodo de trabajadores jóvenes. En la provincia no aumenta el número de pensionistas, pero sí adelgaza la cifra de trabajadores. La previsión del INE es que la tasa de actividad entre la población de más de 16 años siga descendiendo en todo el país (ya está entre las más bajas de Europa) durante toda esta década. En León es la tercera más baja del país, sólo por delante de Ourense y Asturias.

Según los expertos de Funcas el fenómeno de la despoblación está claramente asociado a la destrucción de empleo. Ha sido así durante décadas, lo que se ha traducido en fuertes migraciones interiores que siguen arañando jóvenes a la provincia. Ni siquiera los períodos de fuerte generación de puestos de trabajo, como el actual, logran detener esta sangría. Pero sí castigan con fuerza el empleo, sobre todo de mujeres y jóvenes, en épocas de recesión. Porque el volumen de la población activa es muy procíclica: crece en épocas de expansión, por un ‘efecto ánimo’ al ver que se generan empleos; y merma en recesiones, porque el ‘efecto desánimo’.

La cuestión en León es analizar por qué en épocas de crecimiento como el actual, mientras a nivel nacional se baten récords históricos de ocupación, la fuerza laboral local sigue menguando. No crece el número de inactivos (entre ellos los pensionistas), y tras el lapsus de la pandemia los estudiantes han vuelto al mercado laboral. La economía leonesa crece, pero su volumen de empleo está muy lejos del anterior a la Gran Recesión.

La ecuación parece clara: en crecimiento y en recesión, los trabajadores jóvenes buscan otros horizontes. Esa es la sangría que la provincia no logra contener, desde hace décadas.