Diario de León

La familia Biondo reacciona enfurecida contra el documental de Netflix sobre las últimas horas de Mario

Raquel Sánchez Silva y Mario Biondo. DL

Raquel Sánchez Silva y Mario Biondo. DL

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"Poco después de ser entrevistados y cuando su colaboración ya había finalizado, Santina y Pippo descubrieron que la producción del documental había pasado a ser realizada por la empresa 'Manguera Films', uno de cuyos responsables directos era y sigue siendo Guillermo Gómez, exmánager de Raquel Sánchez Silva, viuda de Mario Biondo". Así de contundente se muestra la familia Biondo tras el estreno en Netflix del documental 'Las últimas horas de Mario Biondo'. Muestran decepción y añaden a sus palabras:

"Ni Vosseler Abogados ni nuestra clienta, Santina D'Alessandro, madre de Mario, han visto el montaje final de la producción antes de su emisión, pese a pedirlo al emisor (Netflix). Se sienten engañados y manipulados por la productora The Voice Village, quien, sin su conocimiento, cedió la producción de la docuserie a Manguera Films".

El hecho es que una década después de su muerte, la docuserie "Las últimas horas de Mario Biondo", que se estrena este jueves en Netflix, reconstruye los instantes finales del cámara de televisión y marido de la presentadora Raquel Sánchez Silva, a quien la familia del fallecido continúa señalando con unas tesis rechazadas por los expertos que aportan sus testimonios.

La presentadora no aparece en ninguno de los tres capítulos que componen la docuserie, aunque su versión está representada por su antiguo agente, Guillermo Gómez, quien a su vez es uno de los productores ejecutivos del título y administrador de su productora, Manguera Films.

"A mi hijo lo asesinaron". Con esta afirmación expresada en repetidas ocasiones por Santina D'Alessandro, madre de Biondo, arranca "Las últimas horas de Mario", que en su primer episodio narra la historia de amor del cámara de televisión italiano y la afamada presentadora de televisión, quienes contrajeron matrimonio en junio de 2012.

Once meses después, el 23 de mayo de 2013, el cadáver de Mario fue encontrado ahorcado en la estantería del salón de la casa que compartían, en la madrileña calle de la Magdalena.

Como relatan en la docuserie los propios familiares de Biondo -Santina, su marido y sus otros dos hijos-, sus dudas acerca de las circunstancias de la muerte del cámara de televisión se dispararon a los pocos días, después del entierro en Palermo (Italia), cuando también compartieron sus sospechas sobre la posible implicación de Sánchez Silva en un supuesto crimen.

Supuesto porque la justicia española, tras el primer informe policial y los resultados de la autopsia, archivó el caso al no existir indicios de criminalidad en la muerte de Biondo, que se cerró como un suicidio.

La docuserie cuenta con los testimonios de varios expertos forenses, un psiquiatra y jueces, entre otros, pero no con el de los policías, fiscales y magistrados, es decir, los funcionarios públicos que participaron en la concisa investigación de este caso, un hecho que la producción justifica en su final por el deber de "confidencialidad".

Juegos sexuales u otra Raquel

A medida que avanza el relato, tanto los familiares de Biondo como el antiguo representante -hasta 2022- de Raquel Sánchez Silva exponen sus tesis sobre lo que ocurrió la noche del 29 al 30 de mayo de 2013 en la casa donde vivía el matrimonio.

Según el entorno del cámara, fue asesinado cuando acababa de descubrir en Internet algún material de tipo pornográfico que podía comprometer a la presentadora, a quien la familia Biondo llamó "viuda alegre" por su actitud tras la muerte de su marido.

Por el contrario, el círculo de Sánchez Silva deslizó, como sostiene Guillermo Gómez en la docuserie, que después de una noche de excesos (cocaína y visita a un club de alterne), trató de llevar a cabo una práctica de "autoasfixia", considerada como un juego sexual, que acabó en el fatal desenlace.

Circo mediático

Pese a la falta de indicios que apuntasen a un homicidio, Santina y sus familiares emprendieron su particular lucha por dos vías: la judicial y la mediática.

La primera se abrió ante sus ojos con la reapertura del caso en su país natal, donde se exhumó el cadáver de Mario Biondo para realizarle una segunda autopsia.

En paralelo y como hace referencia el segundo capítulo de la docuserie, las televisiones y medios italianos alimentaron un "juicio mediático" que llevó a los platós a la familia Biondo: "En España han ocultado el homicidio, hay una mano negra".

La segunda autopsia también apuntó al suicidio como la causa de la muerte del cámara, pero llegó a realizarse una tercera revisión de los informes forenses, todo mientras los programas sensacionalistas daban cobertura a tesis que la docuserie tilda de "conspiranoicas".

El rostro de Raquel Sánchez Silva ilustraba todas esas horas de "circo mediático", así como las publicaciones en redes sociales de la familia Biondo, que según se refleja en el documental acosó a la presentadora durante años.

En agosto del pasado año la justicia italiana cerró por tercera vez el caso en un auto en el que el juez expuso las "dudas razonables" sobre un posible homicidio del que no existían indicios, lo que alimentó, según los expertos consultados, el "delirio" de la familia de Mario.

"16 jueces españoles, 5 fiscales italianos, 2 jueces italianos, 13 peritos de parte, 2 exhumaciones, 3 autopsias y 0 condenas", concluye la docuserie.

En declaraciones a Efe, Óscar Tarruella, expolicía y perito judicial contratado por los Biondo, anuncia que emprenderán "acciones legales" contra el documental, ya que desautorizaron la cesión de sus derechos de imagen al conocer que detrás de la productora estaba el antiguo agente de Raquel Sánchez Silva, una información que, asegura, les ocultaron. 

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