La gasolina, otra cuesta de enero en el agosto de León

León camina al momento feliz de agosto atado a la cartera por el precio de los carburantes ; lo que parece que no es gasto y salpica al común de los mortales se suma de nuevo a la lista de inconvenientes de la clase trabajadora, que se topó con otro clavo en el precio del carburante. El paso de las lecciones deja el solar de la  movilidad pendiente de la fluctuación del crudo.

Los expertos interpretan y el ciudadano paga, como resumen general sobre   el coste y la valía de la principal fuente de energía de movilidad. El precio más asequible para el diésel en el entorno de la ciudad de León era hace un puñado de días de 1,339 euros por litros;  ayer se colgaba del balcón del 1,400 , con el sello de la lista de precios de los surtidores de operadores de bajo coste, que le han dado un bocado al pastel de la demanda de combustible de automoción en los últimos meses.

No hace falta explicar la razones del envite y la tendencia, si se observa el listado de precios que aturde al cliente, envuelto en un revés de números mientras interpreta cables de informaciones económicas en las que se enfatiza que el IPC es materia dominada.

  La realidad de la economía es otra, tras el arreón de los combustibles fósiles que le han pillado al leonés medio atrapado al volante, en una ida y vuelta vacacional y de trabajo sin descanso que tiene un espejo en la espadaña que los surtidores enseñan  como escaparate de oportunidades: precio más bajo de los manejados ayer en el entorno de la capital leonesa, 1,379 por litro en el gasóleo de automoción; precio suelo de la gasolina, 1,579.

Hay que centrar la carga en las gasolinera de bajo coste para ajustar esa combinación, que ya eleva en diez céntimos las referencias de semanas anteriores, o de las fechas de cambio de mes,m que fue cuando fluyó este aluvión que dentellea como lluvia fina el área de confort calculado por el consumidor.

'Low cost'

Si se sale de segmento de surtidor, el rictus del pagador cambia por completo. A doscientos metros de los surtidores de low cost , una marca generalista de centro comercial  ofrece gasóleo A por 1,609 euros el litro; mientras que la gasolina se cotiza ya a 1,719 si es en el caso de la cualificada de 95 octanos, mientras que la de 98  llega a 1,879. Llegaba ayer, sin el margen que tiene a favor la medianoche para hacer saltar la banca.

Otro precio intermedio antes de saltar al panel de los operadores de marca de referencia está en los 1,539 para el diésel de baja calidad, mientras que el de alta gama llega a los 1,589 euros por litro.

Ese gasóleo ya se paga a 1,609 por litro en los surtidores de las marcas multinacionales, que luego estimulan el consumo con la intervención y el descuento de las tarjetas de fidelización; la gasolina supera los 1,820 euros por litro en estos establecimientos. 

Esta es la realidad: en la última semana el precio de la gasolina se ha incrementado un 2,16% el del gasóleo se ha elevado en un 2,45%.

Estimaciones

En una estimación de precios media calculada hace cuatro días, el litro de gasolina este se sitúa en 1,687 euros. El de gasóleo, por su parte, alcanza los 1,555 euros.  El tirón de los dos últimos días ya ha hecho caducar a los cálculos de la estadística oficial.  Así que el consumidor de  a pie que acude a un producto que soporta la mayor carga impositiva de la política fiscal que el Gobierno echa sobre la espalda del ciudadano, se da de bruces con cifras que soportaba en primavera, contra los agentes burócratas que se empeñan en negar la tendencia alcista que sufre el pagano contribuyente.

Más atrás, la brecha se ensancha: a inicios de  este año, el precio de la gasolina estaba en 1,607 euros (antes del fin de  semana la media era de 1,687 euros). El gasóleo se mantiene en un tono más discreto porque en enero se fijaba a 1,680 euros y el pasado viernes a  1,555 euros. En el año, el precio de la gasolina se ha elevado casi en un 20%, y el del gasóleo un 3%. La inflación. 

Tendencia alcista

La gasolina y el gasóleo repuntaron de media en la última semana un 2,17 % y un 2,53 %, respectivamente, enlazando su cuarta subida consecutiva con la que regresan a niveles del pasado abril y confirman la presión alcista de los combustibles en pleno arranque de la primera operación salida de agosto.

Según el Boletín Petrolero de la Unión Europea (UE), que recoge los datos de más de 11.400 estaciones de servicio en España entre el 25 y el 31 de julio, el precio medio de la gasolina se situó en algo más de 1,65 euros el litro, mientras que el gasóleo costó casi 1,502 euros.

De esta forma, ambos carburantes se anotaron su cuarto avance seguido, el cual les hace volver a registros del pasado abril, cuando el litro se mantenía por encima de la barrera de los 1,6 euros, al igual que venía sucediendo desde comienzos de año. De hecho, los cerca de 1,651 euros que marcó -siempre de media- la gasolina la semana pasada no se alcanzaban desde mediados de abril (semana del 11 al 17).

A pesar de este repunte, la gasolina es un 3 % más barata que hace un año, cuando aún estaba en vigor el descuento de 20 céntimos por litro aprobado por el Gobierno, al tiempo que el gasóleo cuesta un 11,3 % menos.

Esta estadística es papel mojado tres días después. Hoy, todo está peor.