Los usuarios se temen lo peor: «Igual no volvemos a subir al tren»
Este momento de suspensión del servicio de conexión ferroviaria entre León y Cistierna alcanza un pico de reivindicación máxima por parte de los usuarios; de reivindicación por el tren y lo que significa para el valle del Torío, el enlace de León con su montaña central y oriental, con tramos que acaban de cumplir cien años de servicio, y se exponen a la incertidumbre constante desde hace más de tres décadas.
En ese zigzagueo del tren que sale y no llega, que lleva más de diez años sin entrar en León, se asoma el pasajero al autobús y declara su principal temor: «Igual no volvemos a subirnos al tren», comentaron ayer algunos usuarios habituales del servicio de la Feve al conocer el plan de licitación del servicio por autocar durante los próximos tres meses. Será a partir del 4 de septiembre cuando se ejecute este traslado, según la planificación descubierta por la hoja de licitaciones del operador.
El usuario de la Feve, que como colectivo se ha implicado en los últimos meses en todo tipo de actos en defensa del ferrocarril, ofrece una posición crítica a la redacción lineal y roma que ofrece el documento de licitación del transporte alternativo. «La cosa nos huele mal, si van a colocar hasta taxis en la oferta...» elucubraron algunos ayer al mismo pie del andén del apeadero de La Asunción, que es desde hace diez años estación central para este servicio del ancho métrico, tan popular y querido en León. «Tan olvidado también», se quejaron. «También este apeadero de entrada a León era temporal y lleva así desde antes del diluvio», añadieron con saña a la lectura de la licitación del traslado temporal de la vía a la carretera para llegar a Matallana.
El tren de Matallana es la principal opción de transporte público entre León y sus valles del norte en tiempo estival, también en otoño, periodo afectado por el corte de vía.