Diario de León

EL COMPLICADO MERCADO INMOBILIARIO EN LEÓN

Los pisos para universitarios disparan los precios al faltar oferta para tanta demanda

-Una habitación en el extrarradio puede costar en torno a 200 euros y no siempre se hallan con facilidad -La Palomera y El Ejido se llevan la palma; Villaobispo y Navatejera, asequibles

La Palomera

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El precio medio de los alquileres para estudiantes ronda los 650 euros, después de la fuerte subida que han experimentado en las últimas semanas, a medio camino entre la falta de oferta, que encarece el coste y la avalancha de demandantes que con el inicio del curso a la vista, se apresuran a buscar morada para el periodo académico que se inicia.

Pilar Ramos, al frente de la inmobiliaria del mismo nombre, explica las claves del caso: «Se nota una falta de pisos en alquiler muy importante este año. La mayor parte de los estudiantes están eligiendo el sistema de la habitación en piso compartido porque los padres son los que pagan los gastos». Suelen ser inmuebles de tres habitaciones que rondan los 650 euros.

En el caso de las viviendas de carácter individual, generalmente apartamentos de una sola habitación o pisos de dos, los precios se van a los 500 euros, gasto que tiene que soportar el alumno en solitario, con el incremento de carga gravosa que supone para la familia. «En esos casos, suelen elegir el área de Villaobispo o el principio de Navatejera. Son zonas accesbibles para ellos, que al no estar en el centro de la ciudad tienen unos precios sensiblemente más bajos y les permite llegar a la Universidad facilmente», explica Ramos.

Profesionales
Pilar Ramos destaca las peculiaridades de León: «Se nota que no hay suficiente mercado»

El entorno de La Palomera, la zona de Mariano Andrés, los extremos del Ejido más cercanos a la zona universitaria y el alfoz colindante con la circunvalación son los puntos preferidos por los demandantes de vivienda de estas características. «A estas alturas todavía quedan contratos por redactar y hay mucho movimiento. Este año se nota que hay actividad», explica Pilar.

Más condiciones

Los propietarios cada vez piden más condiciones para acceder a los pisos como avales, depósitos, documentación, fianzas o nóminas que en ocasiones los estudiantes no pueden hacerse cargo de ellos personalmente.

J. NOTARIO.

J. NOTARIO.

El precio también es un factor fundamental en la elección. En el caso de los pisos, el precio de la vivienda en alquiler en España en junio ha aumentado un 4,5% respecto al mismo mes de 2022, . En las residencias el precio varía según el tamaño de la habitación, de la localización del alojamiento, de si tiene cocina o baño propio o según si se tiene que compartir el espacio con más estudiantes.

Desde el punto de vista del casero, alquilar a jóvenes universitarios tiene varias ventajas: se reduce al máximo el riesgo de okupación y se garantiza el cobro gracias al acostumbrado respaldo paterno.

Ley de vivienda

Además, con la entrada en vigor de la nueva Ley de Vivienda, el precio se ajustará basándose en la demanda. Así, es posible que, si en unos meses continúa en vigor, los precios bajen por el aumento de oferta en el alquiler temporal. Según datos ministeriales, más del 30 % de los matriculados cambian de provincia, lo que indica la necesidad de buscar vivienda o residencias.

A pesar de la nueva Ley por el Derecho a la Vivienda de 2023, que establece que los gastos de gestión inmobiliaria y formalización del contrato corren a cargo del arrendador, los entrevistados acusan a las agencias de seguir cobrando honorarios a los inquilinos.

Áreas
La ciudad marca un área en el norte donde se produce la demanda, que es nula en el centro

«Cuando lo reclamas y dices que es ilegal, te reformulan las funciones de una agencia para insinuar que están haciendo un servicio al inquilino y no al arrendador; y en otras ocasiones te cuelgan»,protestó un estudiante.

La población universitaria también se sorprende ante el desembolso que se exige al iniciar el contrato en algunas viviendas: «Tienes que pagar unos 2.000 euros para poder entrar». Además, las condiciones han cambiado y comenta que hace tres años —tanto particulares como inmobiliarias— sólo le exigían que sus padres fuesen fiadores solidarios del alquiler, mientras que ahora se pide incluso saber el crédito que los progenitores tienen en sus cuentas bancarias.

«Los jóvenes hemos asumido cómo son los precios actuales y el problema no es que no podamos pagarlo, sino que nos quedamos a cero y no tenemos la oportunidad de ahorrar en estos primeros años de trabajo», ha relatado Cristina, exestudiante de máster de 27 años que ha conseguido un contrato.

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Cristina vive junto a otras cinco personas en un barrio céntrico de la capital y es algo en que lo que los veinteañeros coinciden: compartir pis o es la solución para poderse permitir un alquiler adecuado.

Esta joven es una excepción, ya que puede pagar su alquiler con su salario, pero el resto de entrevistados necesitan de la ayuda de sus padres o de una beca para permitirse independizarse.

Las capitales de provincia más caras con pisos de habitaciones compartidas en España en la actualidad son, por este orden, Barcelona, con 485 euros mensuales de media, Palma, con 475 euros, San Sebastián y Madrid (ambas con 450 euros), Málaga y Bilbao (ambas con 400 euros) y Pamplona (395 euros), según datos del portal inmobiliario Idealista, uno de los punteros en el país en esta materia.

Para estos jóvenes, la búsqueda de una vivienda con precios que se ajusten a su presupuesto es «muy estresante».

No sé si seguiré

«Es agobiante hasta el punto de no saber si podré continuar con mis estudios al año siguiente por el hecho de no tener una vivienda», lamenta Ferran, quien dice no poder descansar en verano por este problema.

Yvet comenta que cuanto más cerca está de empezar su máster y sin encontrar alojamiento la angustia es mayor. «Me paso el día pensando en pisos, es mi nuevo pasatiempo», ha concluido Alexia, que admite haber llorado en más de una ocasión durante el proceso.

Apuntes
Las prisas de última hora hacen que estos días haya especial interés por resolver las cuestiones

Según destacan los expertos, el alquiler de vivienda sigue siendo la vía más flexible y popular para los jóvenes estudiantes. Y eso a pesar del aumento de precios que se está dando en las principales zonas del país. «El alquiler temporal te da una mayor flexibilidad a la hora de organizar tu día a día y tu futuro. Además, también tienes una libertad que a esa edad es muy requerida», indica Alberto Añaños, CEO de la plataforma especializada en alquiler de habitaciones llamada Live4life.

Los datos de la compañía sitúan el precio medio de una habitación en Madrid en los 510 euros. A ello habría que incluir los gastos habituales, pero siempre dependiendo del consumo que haga cada uno de los inquilinos. En ciudades como Valencia, Sevilla o Granada se mueve en torno a los 300, con Granada como referencia en precios bajos y Valencia superando a las otras dos.

Por el contrario, vivir en una residencia universitaria en Madrid puede suponer el desembolso de más de 750 euros por una habitación compartida. A esa cifra es habitual que se le tenga que sumar la media pensión o pensión completa, que puede alargar el desembolso hasta los más de 1.100 euros. En los colegios mayores, donde solo pueden acudir alumnos de la universidad adscrita, la cifra incluso supera los 1.500 euros mensuales.

No bajan

Ciudades de igual tamaño como Barcelona no reducen esos precios. En otras menos masificadas, pero de gran relevancia a nivel universitario, los precios sí que pueden ser más rentables frente al alquiler de una habitación individual, aunque sin las ventajas de intimidad y libertad que supone. «Es una decisión muy importante, pero diferente según el tipo de universitario. En la residencia al final tienes menos independencia porque los gastos, la comida y la vida diaria están dentro de una misma burbuja. En el alquiler de vivienda eso es completamente diferente», subraya Añaños. Según el especialista, pese a los mitos de alquilar a jóvenes, cada vez es más habitual por el buen entendimiento entre inquilinos y propietarios.

El alquiler a jóvenes universitarios supone varias cosas, destacan: reducir al máximo el riesgo de okupación, garantizar el cobro gracias al habitual respaldo paterno y saber que a final de curso el alquilado se marchará a su ciudad natal. Además, con la entrada en vigor de la nueva Ley de Vivienda , el precio se ajustará basándose en la demanda. Es posible que, si en unos meses continúa en vigor, los precios bajen por el aumento de oferta en el alquiler temporal».

Septiembre, por lo tanto, tendrá que comenzar con cientos de miles de estudiantes iniciando una nueva vida. Según datos ministeriales, más del 30% de los matriculados cambian de provincia, lo que indica la necesidad de buscar vivienda o residencias.

Es la particular cuesta de septiembre de las familias de universitarios, que tienen que hacer frente a la demanda que se plantea en estos casos y que supone un esfuerzo extra para las economías familiares, amén de otra serie de condicionantes añadidos a la cuestión.

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