La Virgen del Camino ‘abraza’ a su entrañable gemela asturiana
La Patrona de la Región Leonesa ‘bendice’ el hermanamiento de Valverde y Bimenes, donde custodian otra imagen mariana hermana desde el XVII
Fuera por azar o destino, ayer la Virgen más leonesa, la del Camino, pudo abrir su manto para ‘abrazar’ a su gemela asturiana. Una hermana de tres siglos, que custodian desde finales del XVII en la capilla anexa al palacio de Martimporra en el concejo de Bimenes, y a la que los vecinos asturianos también veneran con una fiesta-romería casi en las mismas fechas que a la Patrona de la Región Leonesa.
La Virgen del Camino fue honrada ayer en la Basílica como reza la tradición de 518 años por los ayuntamientos del Voto (Villaturiel y Valdefresno), el anfitrión Valverde de la Virgen y la corporación de León. Y a su hermana la festejarán el día 17 como cada tercer domingo de septiembre desde hace la friolera 300 años.
El ‘abrazo’ mariano se escenificó entre los actuales alcaldes de Valverde, David Fernández, y su homólogo de Bimenes, Aitor García, que acudió invitado a la localidad para estrechar lazos entre dos poblaciones que conservan sus tradiciones y son devotas de la Virgen del Camino. Una curiosa y entrañable coincidencia. El hermanamiento proseguirá en sólo dos días al corresponder el regidor de Valverde al asturiano desplazándose hasta la fiesta de Bimenes.
En esa tierra asturiana, a finales del siglo XVII, el marqués de Estrada levantó una capilla en honor a la afamada virgen leonesa para agradecer que nació sano y a salvo en León al adelantarse su alumbramiento. Corría el año 1636. Y según las crónicas, María Fernández de Ziriero y Rosella viajaba con su marido, Bernardo de Estrada Nava, desde sus ricas posesiones en Asturias hacia Madrid, cuando sintió los primeros dolores de parto. Detuvieron la calesa, porque el niño apremiaba, y ella, mayor, de 34 años, elevó sus plegarias al cielo y pidió protección a la Virgen más leonesa, la del Camino, para que todo saliera bien.
Parece que la santa atendió sus rezos y la noble langreana alumbró sin complicaciones a un hermoso niño, Gerónimo, que se convirtió con el paso de los años en el primer marqués de Estrada por sus buenos servicios a la Corona de Felipe V en Colombia. El caso es que aquel retoño, nacido por azar en tierras leonesas levantó hace más de tres siglos la capilla en honor a La Virgen del Camino que tan favorable le había sido en su llegada al mundo.
El leonés Gerónimo, bautizado en la iglesia de San Martín, fue un floreciente «mercader» con negocios en Flandes, España y, sobre todo, en Cartagena de Indias, donde se casó con una criolla y nacieron sus ocho hijos. Consiguió amasar mucho dinero: era dueño de barcos que cruzaban el Atlántico, poseía inmuebles en las ciudades de Sevilla y Cádiz, y haciendas en Morón de la Frontera y San Lúcar de Barrameda. Se dedicó al comercio de oro, plata, perlas, esmeraldas, diamantes... y se empeñó en agasajar a La Virgen del Camino con esa capilla en Bimenes y otra en Cádiz, cuya imagen protagoniza la procesión de El Caminito.
Así que David Fernández y Aitor García ya piensan en cerrar ese triángulo de 940 kilómetros que universaliza a la Virgen del Camino.