Pobreza energética: una asignatura pendiente de la administración

No solo el frío se cuela en las viviendas que no están bien aisladas. El calor también es un problema en los hogares que tienen deficiencia energética. Solo el 7,4% de las viviendas leonesas tienen sistemas de refrigeración instalados, según los datos del Instituto Nacional de Estadística.

El 25% de los hogares con ingresos mensuales que no llegan a los 1.000 euros no tienen ningún tipo de sistema de refrigeración, siendo el porcentaje más alto de todos los grupos sociales. Esto se acentúa en los barrios con menor renta de la ciudad.

Existe cierta simetría entre los hogares con pobreza energética en invierno y en verano. En las casas con mal aislamiento térmico no se puede mantener una temperatura templada durante la época estival. Las familias con ingresos bajos no se pueden permitir el coste de reparación para la mejora de la eficiencia energética de su vivienda, pero tampoco pueden asumir la factura de la luz con aparatos de refrigeración como ventiladores. Esta marginación energética puede generar lo que se conoce como ‘estrés térmico’ en las familias con rentas más bajas. Asimismo, las ayudas no llegan como les gustaría a los Administradores de Fincas y reclaman «una revisión del proceso de solicitud».