La hostelería confía en que San Froilán extienda el buen verano hasta el Pilar
El incentivo de la fiesta tradicional y el gentío en las calles amplían las perspectivas del sector
Las calles atestadas de gente es el principio de un buen resultado de negocio para la hostelería leonesa, que vive un segundo verano en este cambio de mes otoñal, agitado por el buen tiempo y el incentivo del alterne que aporta el momento San Froilán.
Después de un estío que batió record en los negocios hosteleros de la ciudad, él único que sujeta los parámetros de la economía, este segmento del sector servicios confía en extender las cifras de julio y agosto a la segunda semana de octubre, al borde del puente del Pilar, otro de los paréntesis señalados en rojo en el calendario del turismo de interior.
Por los motivos del clima favorable y el ajetreo tradicional y festivo en torno a la festividad del patrono de la diócesis leonesa, esta primera entrega otoñal supera de nuevo las mejores previsiones para el tejido hostelero, en ese ambiente de taberna y terraza que acompaña a San Froilán en León.
No se espera que el hospedaje iguale los registros del verano, del que salió con una ocupación media del 75% en el mes de julio, y que llegó al 85% en el mes de agosto; los profesionales del sector relatan una experiencia contradictoria tras las listas holgadas en cuanto a la registro de clientela, que no se traslada a una mejora de los márgenes y beneficios en la cuenta de resultados por mor de los costes desmesurados a los que tienen que hacer frente y que, en la mayoría de los casos, no son capaces de hacer repercutir en los precios. Este detalle de márgenes estrechos se comparte por igual en hospedería y en hostelería, fuente de actividad y empleo en un territorio acosado por la precariedad y la falta de oportunidades y desarrollo económico con la grave carencia en inversión y despliegue en la implantación del sector industrial.
Por eso, el fondo de pantalla de calles repletas con motivo de este reclamo estacional de San Froilán, fiesta popular y tradicional con mayor arraigo, incluso, que las celebraciones por San Juan y San Pedro, constituye la mejor de las referencias posibles para la economía de la capital leonesa, pendiente en exceso de la actividad de oferta y demanda que arroja la hostelería, que espera llevar las buenas sensaciones hasta mediado octubre.