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La Virgen cita por San Froilán al Pueblo de León

Cerca de 60.000 personas, con 370 pendones y 55 carros engalanados, cumplen con los ritos de la tradicional romería de la identidad leonesa

León

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El camino a La Virgen ampara a un pueblo. Por esa senda que lleva hasta el humilladero, con estaciones paso en la puerta de la basílica, donde los fieles bruñen la nariz de San Froilán, y bajo el manto de la Señora, al que se encomienda la protección de la familia, León sube cada 5 de octubre con devoción. No se trata de una cita más del calendario de romerías, sino la fecha en la que se condensan todas las demás expresiones comarcales, en la que la identidad se concentra en el espacio, donde la patrona de la Región Leonesa se le apareció al pastor de Velilla de la Reina Alvar Simón, que ha terminado por alzarse como referencia anual ineludible de la lucha por mantener la identidad regional. Aunque de manera oficiosa, no hay otra fecha en la que se represente con mayor significado el Día de León.

Al reclamo acudieron de nuevo miles de personas, más de 60.000 según las autoridades: leoneses, residentes y emigrados que acuden fieles a la cita, pero también vecinos de las comarcas limítrofes que encuentran cada año por San Froilán una excusa para el hermanamiento. La subida volvió a invitar a la comunión familiar, con abuelos, que antes fueron nietos, que guiaron de la mano a sus descendientes para mostrarles el camino que les legaron sus mayores. Sin pausa, desde primera hora de la mañana, se les vio andar desde la desembocadura del puente de San Marcos, Párroco Pablo Díez arriba, para cubrir los más de 5 kilómetros del paseo. 

Por parejas o en grupos, los romeros se mezclaron con los 371 pendones, pendonetas y estandartes que marcaron el paso desde el aparcamiento del hipermercado E. Leclerc adelante. El tremolar de las enseñas que guardan el orgullo de los pueblos lideró la entrada al humilladero, previa muestra de respeto a la puerta del santuario, donde los mozos izaron las varas y los bailaron incluso en la barbilla. A su zaga florearon la comitiva los 55 carros engalanados que se alistaron a la subida, cobijados bajo sus telas los mozos y mozas, con los exvotos de la tradición prendidos.

La comitiva se arracimó antes del mediodía para cumplir con la misa de campaña. Agarrados los pendones a la reja para desafiar a la guía del campanario, los fieles siguieron la ceremonia amenizada por los grupos de bailes regionales. «Los montañeses, los riberanos, / los parameses, los cepedanos, / Tierra de Campos, los maragatos, / los cabreireses y los bercianos. / Gracias te damos los leoneses, / gracias patrona, gracias por siempre», se escuchó de nuevo la letra de Tenada en el altar, donde el obispo de León, Luis Ángel de las Heras, animó en su sermón a «escuchar la voz del buen pastor que nos guían por los mejores caminos, engalanando con ricos dones los carros de nuestras vidas, engalanándonos de verdad y de justicia, y enarbolando los pendones».

Para los que no llegaron o lo hicieron antes, el horario de misas se replicó, a las en punto, desde las 09.00 hasta las 14.00 horas, y seguirá por la tarde desde las 17.00 hasta las 20.00 horas. El santuario queda abierto toda la jornada para el besamanto, mientras en la calle se reparten más de 350 puestos de venta, con las avellanas transformadas en pendones como producto estrella, y las tascas y bares prestos para ofrecer el menú que en San Froilán, en La Virgen, en el Día de León, no puede pasar sin la morcilla que la identifica la festividad.