Pinilla llama «Fukushima» al esqueleto del centro de salud tras 2,5 años de ‘abandono’
- «Al final tendremos un edificio de 50 años con una capa de maquillaje»
La calle Burbia de Pinilla esconde detrás de unas vallas dobladas su propio «Fukushima», como ya llaman los vecinos al esqueleto de hormigón y sin parte de la cubierta del viejo centro de salud que ‘agoniza’ a la intemperie tras dos años y medio de ‘abandono’.
Es más, empiezan a pensar que bajo sus pilares ocurrió un verdadero terremoto como el que destruyó parte de la central nuclear japonesa en 2021. Un año en que los vecinos de este populoso barrio se frotaban las manos porque casi dos décadas después de reivindicar una modernización del inmueble donde se prestaba atención sanitaria a 21.000 personas, las máquinas por fin accedían en mayo al ambulatorio empujadas por una adjudicación de 2,7 millones de euros a la empresa Vilor que iba a transformar el ruinoso inmueble de 1973 en un centro de salud de vanguardia adaptado a las necesidades del siglo XXI.
La pesadilla acababa, sin embargo, de comenzar. Los operarios ‘colgaron’ sus herramientas casi al empezar. Aquello no era lo acordado y los pilares del edificio se deshacían con facilidad por un problema de carbonatación presuntamente no contemplado en el proyecto, lo que provocó diferencias entre la empresa y la Junta que se saldaron en la ruptura del contrato y el abandono de los trabajos.
Asociación vecinal
«Tenemos un esqueleto pudriéndose a la intemperie que sufrirá las inclemencias de su tercer invierno»
Con el invierno encima, urgía proteger la carcasa del ambulatorio para que la siguiente compañía que asumiera su reforma no se encontrara con parte en el suelo, pero como la burocracia no cabalga al ritmo deseado, esos remiendos de 314.000 euros, más que el dinero abonado a Vilor por su ‘no’ obra, se demoraron a 2023. Allí siguen, pendientes de la nueva adjudicación a la que concurren, según Sacyl, cinco firmas y que debería estar a punto de resolverse. Pero los vecinos, que llevan pasando por delante de su viejo centro de salud desvencijado durante 29 meses aprecian que un tsunami ha dejado el entorno como «Fukushima».
«Tenemos un esqueleto pudriéndose a la intemperie a punto de empezar a sufrir las inclemencias de otro invierno, el tercero. Entre lo ya gastado y lo que viene rondaremos los más de 6 millones sin tener en cuenta el coste del alquiler de San Juan de Dios, donde se presta la atención sanitaria temporalmente. Así que después de todo tendremos un edificio con 50 años y una capa de maquillaje bien gruesa», lamenta David Martínez, el presidente de la asociación vecinal de Pinilla, quien denuncia que no han recibido respuesta a los dos escritos solicitando información sobre la obra, «sobre todo, al segundo en el que queríamos saber si se había tenido en cuenta la adecuación del edificio para la posible recuperación del servicio de urgencias cuando se pueda, no sea que la falta de previsión para albergar ese servicio nos deje sin él en el futuro». La exdelegada de la Junta y el gerente provincial del Sacyl dijeron a los vecinos antes de las elecciones que valorarían esa propuesta, «pero no sabemos si realmente se ha tenido en cuenta más allá de decir que sí a todo para calmar los ánimos».
«No tenemos centro de salud, ni información sobre el nuevo proyecto o acceso a la memoria descriptiva y parece ser que da igual quién gobierne y dónde lo haga. Como dijo una exministra no hace tanto tiempo, el dinero público no es de nadie, viendo con la ligereza con la que se dilapida aquí parece que tiene razón», expresa.
Una gestión que dispara el coste de la obra de 2,7 a 5,2 millones de euros
La modernización de los 1.600 metros cuadrados del centro de salud de Pinilla ha sufrido varias zancadillas. No sólo por las tres ocasiones en que estuvo presupuestado y luego no se ejecutó, una de ellas al derivarse el dinero «por solidaridad» para el ambulatorio de San Emiliano, sino porque tras múltiples reivindicaciones las obras en vez de arrancar, se pararon y así siguen dos años y cinco meses después y con un incremento desde los 2,7 M¤ iniciales a los 5,2 como mínimo en que acabará tras salir a readjudicación en 4,5 millones y sumar los 277.000 euros de pago a Vilor, los 314.000 de obras de consolidación y el añadido al proyecto.
De modo que el intento de ahorro cuando la primera empresa pidió 260.000 euros a mayores para solventar la carbonatación de los pilares que derivó en la ruptura del contrato porque la Junta estimaba que valía 90.000 euros, va a salir caro y sobre todo dilata en el mejor de los casos a 2024-25 la apertura del ambulatorio.
Ese retraso hizo necesario una prórroga del alquiler de las instalaciones al Hospital San Juan de Dios, donde se ha trasladado la atención sanitaria que se efectuaba en el ambulatorio, de 7.000 euros mensuales. Los vecinos consideran «dignas» las instalaciones provisionales en el centro hospitalario, pero quieren su centro de salud y no ver «Fukushima».