El noroeste va a Madrid a exigir que Europa llegue a León, Asturias y Galicia

La puesta en escena de la reivindicación de este martes en Madrid tiene su germen en enero de 2017, en la sede de la Federación Leonesa de Empresarios , anfitriona de aquel primer impulso al lobby del noroeste, que marcó y remarcó perfiles territoriales y objetivos. Contra intereses creados, poderes fácticos y presión política, el grupo empresarial de Galicia, Asturias y León se mantienen en esa batalla de defender para el noroeste lo que le corresponde al noroeste, que en materia de transportes, infraestructuras y conectividad es tanto como lo que recibe el arco mediterráneo.

Casi siete años después, esta unión temporal de empresarios va a terminar por exponer en Madrid la esencia de una revuelta contra el agravio de la periferia, dispuesta a subir al tren del Corredor Atlántico para levantar la cabeza. Galicia, Asturias y León  agrupan al 10% de la población española, un producto interior bruto de más de 100.000  millones de euros y son el noroeste esencial, sin territorios apegados al calor de la sopa de las ayudas y las oportunidades. En su empeño, los agentes sociales leoneses, gallegos y asturianos lograron que en 2021 el ramal noroeste del Corredor Atlántico, que abre la horqueta  de León a Gijón y a Vigo y La Coruña, se incluyese en el mapa de la red transeuropea de transportes.

Es el único en este periodo de reivindicación, en el que han dado tiempo a subirse a las reclamaciones a los gobierno autonómicos, algunos, especialmente interesados en acaparar el protagonismo para desviar el propósito de la línea original; el noroeste va este martes a Madrid para que Europa llegue al noroeste, y por eso protagoniza un acto cargado se simbolismo en el sede de la confederación española de organizaciones empresariales, donde está previsto que reúna a más de un centenar de personalidades  del mundo de los negocios, a los que explicará con pormenores cómo es preciso invertir en los trenes que llegan hacia el norte lo mismo que en los que bordean el balcón del Levante. Inversión, y acción política, igual que reivindicaron en aquella cía del génesis en León, que dejó una reacción soliviantada del Gobierno (entonces, del Partido Popular).

En el proceso de crecer, el noroeste busca un paralelismo con la secuencia que encumbró al corredor Mediterráneo, con el impulso de fuertes sectores económicos que encontrarán réditos a no muy largo plazo en el caso de que el Gobierno de España se decida a igualar el apoyo que destina al corredor este y al oeste en el Boletín Oficial del Estado.

Se calcula que alrededor de dos centenares de empresarios lleguen este martes a Madrid para participar de esta exposición de motivos, que no deja de ser eco del mismo grito de auxilio que emite desde hace años el extremo noroeste del país sin nadie que lo escuche.

Se desconoce si entre las lista de invitados de León, Galicia y Asturias, de las patronales leonesas, gallega y asturiana,  estará el comisionado del gobierno para el Corredor Atlántico, a José Antonio Sebastián, que ha mostrado  sus diferencias con los planteamientos de desarrollo que persigue el noroeste aparejado a este despliegue de un ferrocarril competitivo, de estructuras modernas y eficientes para dar solución a los retos que plantea el negocio logístico y el transporte del futuro. De momento, el Gobierno de España no ha incluido ni un kilómetro del noroeste  entre los territorios en los que va a extender las autopistas ferroviarias. 

Desde aquella primera cita de enero de 2017, se acumulan las declaraciones cargadas de solemnidad; la expresión intermodalidad, por encima de todas. Pero el resultado en el noroeste no ha variado ni un ápice desde aquel momento en el que asturianos, gallegos y leoneses juntaron las palmas de las manos en  el quinto piso de la sede de la Fele, en la calle Independencia de la capital leonesa, para poner en marcha el primer proyecto común que está destinado para sacar del atolladero social y económico al noroeste español; al noroeste español que quedó atascado hace 40 años.