Diario de León

Todos los cabos sueltos que rodean la muerte de Álvaro Prieto

-La Policía trata de determinar por qué el joven no aceptó cargar su móvil o por qué acabó en el techo del tren averiado

Homenaje en el estadio de El Arcangel para Álvaro Prieto. RAFA ALCAIDE

Homenaje en el estadio de El Arcangel para Álvaro Prieto. RAFA ALCAIDE

Publicado por
Melchor Sáiz-Pardo/ Juan Cano
León

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El hallazgo el lunes del cuerpo de Álvaro Prieto y la autopsia de este martes confirmando que su muerte fue accidental, por electrocución y sin intervención de terceras personas no cierra, ni mucho menos, el caso. Y es que las incógnitas crecen conforme se confirma el errático y desconcertante recorrido del joven deportista durante las dos horas y media anteriores a su muerte por la estación sevillana de Santa Justa y alrededores.

El primero de los cabos sueltos que la Policía quiere atar cuanto antes es, básicamente, aclarar por qué el joven no aceptó cargar su móvil cuando se quedó sin batería.

Según han revelado diversas fuentes de la investigación, Álvaro perdió el tren que a las 7.35 horas del 12 de octubre debía de llevarle de vuelta a Córdoba porque no pudo enseñar su billete electrónico que guardaba en el teléfono por falta de batería.

Sobre las 8 de la mañana, fue derivado al control de servicio donde, por primera vez, los trabajadores de Renfe le ofrecieron un cargador para 'resucitar' su teléfono para que con la tarjeta virtual que también guardaba en el móvil comprara otro billete en el siguiente tren.

Según los testigos, Prieto aseguró que no le funcionó el cargador (se desconoce si por un fallo del dispositivo móvil o del propio cargador) y se marcho de la taquilla sin poder comprar un nuevo billete.

Siempre de acuerdo con el testimonio de las personas presentes esa mañana en la estación, fueron varios los viajeros que ofrecieron al chaval -que se comportó siempre de forma "exquisita"- sus propios teléfonos para que éste llamara a su casa o a algún contacto para arreglar su regreso.

En todo momento, Álvaro, de manera respetuosa y sin aspavientos o nerviosismo, rechazó esas ofertas. Tampoco pidió a los servicios policiales de la estación ayuda para ponerse en contacto con sus padres.

Rechazó más ayuda

En lugar de ello, sobre las 9.00 horas se arriesgó a cruzar las vías para colarse en un AVE. Fue interceptado por la seguridad del recinto. Tampoco entonces pidió ni aceptó ayuda de otros pasajeros, policías o trabajadores para cargar su móvil o contactar con su familia. Intentó colarse de nuevo a través de un acceso que se usa para el catering y, de nuevo, fue interceptado.

La otra gran incógnita es por qué Álvaro abandonó la estación a las 9.30 horas (su salida aparece grabada por las cámaras) y encaminó sus pasos hasta el barrio de Las Huertas, que discurre entre las vías del tren (dirección Córdoba) y la avenida de Kansas City, que es donde sobre las 10.00 horas los testigos le vieron por última vez con vida.

A esas horas del jueves de la pasada semana, que es más o menos a la que la autopsia fijó este martes su muerte por electrocución, es cuando la policía cree que el futbolista se coló de nuevo en el recinto por una zona con la valla en obras y vandalizada cercana al Centro de Tratamiento Técnico de Santa Justa, los talleres donde estaba aparcado el tren número 43 del modelo 449 de media distancia, en el que acabaría muriendo. Ese convoy estaba averiado desde que el 23 de agosto arrollara a un todoterreno en un paso a nivel sin barreras en la Barriada de Los Ángeles de Alcolea, en la periferia de Córdoba.

"¿Por qué se subió a Álvaro al techo de este tren cuando era evidente que estaba en una zona de talleres y que no iba a ir a ningún sitio?", es la pregunta del millón sin respuesta todavía para los investigadores, que tampoco saben aclarar por qué el joven se decidió a recorrer más de un kilómetro y medio por una zona que desconocía para volver a internarse en el perímetro ferroviario, pero en un área alejada de los andenes.

Es más, una zona donde era evidente que no se podía abordar como 'polizón' ningún convoy porque a esas alturas ya circulan a alta velocidad. Hasta el momento, la Policía Nacional no tiene un solo indicio de que Álvaro estuviera siendo perseguido por nadie esa noche, tal y como han apuntado diversos bulos en las redes sociales durante la última semana. La autopsia del Instituto de Medicina Legal (IML) de Sevilla zanja también que el cuerpo del futbolista no presentaba ningún signo de violencia por parte de terceros. La grabación de una gasolinera cercana, que recogió el momento en el que chaval se subió al techo del tren y se electrocutó al tocar la catenaria, no recoge la presencia de persona alguna en esa zona, que estuvo totalmente vacía en un día festivo como el 12 de octubre.

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