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MESA "LOS PUEBLOS, CLAVES CONTRA EL CAMBIO CLIMÁTICO"

Somos los menos culpables pero los más perjudicados

Urbano Seco, Francisco Manuel Ramos, Pilar Infiesta y Octavio González. RAMIRO

León

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El mundo rural produce los alimentos, conserva la Naturaleza, transmite las mejores costumbres, protege a los animales... Y sin embargo, aparece sacudido como ningún otro entorno por la despoblación. Más protagonismo en la gestión y creación de normativa y, por tanto que se creen las medidas necesarias teniendo en cuenta a los que viven en los pueblos como actores determinantes, combinar la tradición con la modernidad y facilitar el desarrollo rural son algunas de las ideas que quedaron claras. Algo así como sensibilidad y realismo respecto al mundo rural. La última sesión matinal de la primera jornada del V Congreso Diario de León Sobre Despoblación, que se celebra en  el Club de Prensa de Diario de León , contó con la participación de Urbano Seco, alcalde de Gordoncillo; Francisco Manuel Ramos. alcalde de San Cristóbal de la Polantera, y Octavio González, presidente de la Reserva de la Biosfera de los Argüellos, bajo el epígrafe de "Los pueblos, claves contra el cambio climático". La mesa redonda fue moderada por Pilar Infiesta, periodista de la sección de León de Diario de León. Y cuando Octavio González dijo: "Somos los menos culpables del cambio climático pero los más perjudicados", la introducción estaba servida. Urbano Seco se refirió a la altísima financiación contra el cambio climático que se da en paralelo junto a la esquilmación de fósiles por parte de las grandes corporaciones. O el papel de China y EE UU del que poco hay que decir. Por su parte,  Francisco Manuel Ramos más que altavoces para reivindicarse pidió "oídos", es decir que se atiendan de manera real las necesidades rurales.

Bajo estos parámetros se trataba, por tanto, de poner en valor a los pueblos en el contexto del cambio climático y las posibilidades que desde los entes rurales surgen, desde su propia naturaleza y actividad, así como afrontar la realidad del cambio climático y su adaptación. Casi bajo una idea casi filosófica y cinematográfica: la alegría está en el campo, o al menos estaba. Por eso, Pilar Infiesta señaló que habría que comenzar tocando la fibra sensible. Los encantos de las localidades representadas. Urbano Seco señaló que "el mundo rural evoca muchas sensaciones poéticas", dijo y se remitía simplemente a la sensaciones de "cuando uno pasea por su pueblo". En esta línea se manifestaba Francisco Manuel Ramos que reivindicaba que todos los pueblos tienen su encanto y sus cosas bonitas. La posibilidad que dice Urbano de encontrarse con la naturaleza, la paz", afirmó ya refiriéndose a la necesidad de crecer de manera sostenible. Octavio González tiró de un arsenal imbatible que es el que remite a los Argüellos como parajes singulares desde el punto de vista natural y geológico, "Valdelugueros, Vegacervera, Cármenes, las cuevas de Llamazares y Valporquero. Las Hoces de Vegacervera y las de Valdeteja. Es un conjunto que da para todo, y todas sus zonas son complementarias", enumeró.

Tras destacar las bondades de los lugares representados por los protagonistas, Pilar Infiesta aludió a la política forestal como uno de los caballos de batalla de la pervivencia de las zonas rurales y sus singularidades. Urbano Seco advirtió ya la circunstancia de que la política, gestión y normas "vienen dada de Europa, con las competencias de la Junta. Digamos que en el Sur de la provincia y Gordoncillo en concreto, de Valencia de don Juan hacia abajo, la política viene marcada por las primeras reforestaciones de las tierras agrarias, allá por los finales del año 90. En concreto, la transformación de Gordoncillo viene motivada por el viñedo, la vegetación de la ribera del Cea, unido a esas manchas de zona de verde, pinos y encinar, conforma un territorio agradable a la vista en las cuatro estaciones del año. Primavera y verano, mejor, y en otoño cuando madura la hoja, esos colores ocres, rojos y naranja en contraste con el viñedo, robles y chopos hace un paisaje realmente bonito. Hay que convencer a los propietarios de que el territorio necesita verticalidad y no solo horizontalidad", remarcó.

El ganado, la explotación ganadera tradicional fue uno de los puntos fuertes de esta mesa redonda dentro del V Congreso Diario de León Sobre Despoblación. "En manos de los propietarios y ganadores el campo estaba limpio", puso de manifiesto la moderadora, Pilar Infiesta. En ese sentido, Francisco Manuel Ramos dijo que "la ganadería es crucial para evitar esos peligros de incendios. Fomentar esa ganadería extensiva, favorecer a ese entorno rural a que se le permita actuar en ese monte privado sería conveniente más que estar atados por la legislación, puesto que la voluntad de todos es que se encuentren limpios", relató en lo que sería el sentido preventivo contra posibles fuegos.

En concreto, en ese apartado de la conservación del campo y cómo una gestión racional es el mejor sistema contraincendios, con respecto a los Argüellos sí que se abordó la legislación actual más como un problema que como una solución. "La cantidad de masa forestal conforme el paso de los años y una política sobreproteccionista que impide actuar hace que haya montes en estado de abandono. La ganadería es fundamental, pero requiere actuaciones importantes de desbroces por parte de la Junta. O se ejecutan de manera controlada o si hay un incendio es tal el combustible que es imposible de apagar. Cuando hay incendios gravísimos que no se pueden apagar, además de escasez de medios es también a causa de ese combustible en el que se convierte la cantidad de masa forestal que hay para arder. Es necesaria una actuación de limpieza. La gente de antes hacía quemas controladas en invierno. La gestión eficaz es con maquinaria, pero hay zonas inaccesibles en las que se requiere otra acción. Son zonas que hay que conocer. La política forestal hay que abordarla de manera urgente. Maquinaras, desbroces, cortafuegos... pero si hablas de quemas controladas te demonizan. Igual hay que llevar a Europa que en zonas de alta montaña hay que optar por quemas controladas. Para la reserva de la Biosfera pero para todas las zonas", indicó Octavio González.

Urbano Seco reafirmó estas ideas asegurando que "estamos abordando el tema de los incendios claramente, Nuestros antepasados quizá de forma natural lo que hacían lo hacían per se, de forma sostenible, para mantener esas zonas limpias. La política forestal de ahora es no cortar nada. Y no puede ser que pasen hasta diez años y sean un peligro tremendo. Uno de los problemas viene de la desaparición de la ganadería, de las ovejas que salían todos los días. Esa ganadería pastaba todo el campo en Gordoncillo. Ahora hay hierbas de metro y pico de décadas. Tres décadas casi de desaparición de ganado", criticó. 

Al respecto, Ramos dijo que "si había cosas que se hacían antes y que servían, igual no hay que demonizarlas. Controlar y minimizar lo que sea perjudicial, sí, pero adoptar esas medidas de manera intermedias y adaptarse a medidas que luchen contra el cambio climático".

Otro punto planteado fue la contradicción relativa a la despoblación y la forma de vivir de antes de que "las restricciones e impedimentos hayan forzado a que la gente no esté tan contenta de quedarse en los pueblos", tal y como planteó Infiesta. "Distanciamiento de los despachos a la realidad de los que vivimos allí y nos buscamos la vida con los medios que tenemos allí". Ese fue el diagnóstico de Octavio González. "Hay mucha dificultad para llevar la vida de siempre por los límites burocráticos", remató González.

Acerca de cómo afrontar el desarrollo económico en forma de ganaderías y si se es partidario de limitar el número de animales en las granjas, Urbano Seco advirtió de que "macrogranjas es otra cosa. En Gordoncillo no tenemos ese problema. Sobre la tenencia de animales hay que tener un corral doméstico. Yo tengo cuatro asnos zamorano leoneses", puso como ejemplo. "Si quieres tener la costumbre rural de tener animales como se hacía antiguamente, eso ha desaparecido, porque por ejemplo tres cerdos ya se considera explotación. Son medidas que han aparecido pero que están desajustadas al mundo rural. Muchas normativas se redactan sin contar con la participación de los actores principales que están en el territorio. La ganadería en el mundo rural es un elemento más de fortaleza. Han desaparecido las vacas de leche... Hacían transterminancia, iban con el ganado a pasar el invierno al Órbigo. Todo ha desaparecido en una generación. Todo esto es un cambio para el mundo rural tremendo", contó Urbano Seco, toda una institución en Gordoncillo y el León del Sur..

Francisco Manuel Ramos puso el acento en el gran error de crecer sin control. "Es un error que iremos viendo el crecer sin pensar que hay que tener un techo. Por salud hay que crecer de manera moderada y asumible. Las macrogranjas serán económicamente viables pero concentran tal cantidad de animales que puede tener un efecto contraproducente como altos niveles de purines, concentración de nitratos...", dijo.

Urbano Seco, a modo de conclusión, enunció: "Ser feliz en los pueblos". Como un final para pedir que sea posible. Eso sí, con normas que no siempre estén en contra de los que apuestan por seguir o volver al mundo rural teniendo en cuenta que el cambio climático como padecimiento general tiene en los pueblos las mejores posibilidades de combatirse a partir del sentido común.

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