Los vecinos del Húmedo reclaman no tener que marcharse de sus viviendas
- El colectivo exige que se cumpla la ordenanza de ruidos y se regulen terrazas y pisos turísticos
Cansados de los «insufribles fines de cada semana de gente descontrolada», en los que la «resaca de ruidos, vómitos, olores, orines y defecaciones, amén de montones de plásticos y desperdicios, del gamberrismo, contaminación ambiental e infracción de horarios», los vecinos del Húmedo unieron este martes fuerzas para «no ir cada uno por su lado, tejer una estrategia común y conseguir ser escuchados de una vez». «No aguantamos más», clamó su presidenta, Pilar Castañón, portavoz del hartazgo provocado por que «las autoridades no hagan cumplir las ordenanzas y abandonen la zona sólo como parque temático de la juerga ».
Pero, por encima de las quejas repetidas de anteriores ocasiones, la asamblea de la asociación León Típico, celebrada en el palacio de Don Gutierre, anotó, pese al abandono cada vez mayor del censo, la entrada de un número considerable de nuevos miembros. El empuje de las incorporaciones ampara el listado con el que se presentarán ante el equipo de gobierno de José Antonio Diez para exigir que se garanticen sus «derechos» y no tengan que verse «obligados a abandonar» sus casas.
Los vecinos insisten en que los responsables municipales deben empezar por «hacer cumplir sus propias ordenanzas», como la del ruido que «se saltan a la torera los locales nocturnos cuando quieren». Las molestias se incrementan, como recalca Castañón, con «las terrazas que están invadiendo todo», sin que el gobierno de Diez acabe de sacar la nueva normativa que anunció hace más de un año pero retrasó para evitar las posibles repercusiones negativas electorales, y con «los camiones de reparto que entran y salen cuando quieren, sin que les hagan cumplir los horarios». «Hay que actuar, actuar y actuar para que se cumpla lo que está marcado. Si tienen que meter multas, que lo hagan», reclamó la portavoz vecinal.
Indefensos
La asamblea de este martes armó la estrategia para exigir al equipo de gobierno de Diez que actúe de una vez
La retahíla sigue, como expusieron los vecinos en la asamblea. Entre sus mayores preocupaciones los habitantes del casco histórico coincidieron en elevar al Ayuntamiento la necesidad de «una reglamentación municipal que regule los pisos turísticos». «Cuando se meten en una comunidad no hay quien los controle y, al final, son quienes vivía allí los que tienen que terminar por marcharse», detalló Castañón.
Las quejas por «el abandono» se cebaron además con la «suciedad que invade las calles», sobre todo aquellas con mayor tránsito de paso y en las que se acumulan negocios de comida que abren hasta altas horas, como Mariano Domínguez Berrueta. La consecuencia, como describió la presidenta de los vecinos, se ha visto en las pasadas semanas en las que «han aparecido ratas».