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«León debe poner en marcha los órganos locales de diálogo social»

Elena Blasco fue elegida el pasado día 17 como secretaria general de CC OO en León. FERNANDO OTERO

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León

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La llegada de la madrileña Elena Blasco a la Secretaría General de CC OO de León, tras diez meses de dirección de una gestora, causó sorpresa. Con una intensa trayectoria en los órganos nacionales, hace «el camino a la inversa» para aterrizar en una provincia a la que la une una vinculación personal. Aterriza como persona de consenso para avanzar en la normalización de la situación del sindicato.

Blasco estudió Geografía e Historia en Alcalá de Henares y trabajó como arqueóloga. Una denuncia por falta de seguridad la apartó de su actividad, pero la ligó a un sindicato con al que ya era cercana. Primero con colaboraciones de visitas de obras, y luego en la Secretaría de Derechos Fundamentales de la Federación de Construcción. Pasó entonces a la Confederal con la responsabilidad de Mujeres e Igualdad, y después de casi cinco años fue adjunta a la Secretaría de Estudios y Formación sindical. «He tenido la oportunidad de trabajar en el ámbito sectorial, también en el confederal defendiendo a todos los sectores y todos los territorios. Desde el enriquecimiento personal me faltaba el ámbito territorial. Me ilusiona mucho».

—Fuera del sindicato ha causado sorpresa, ¿cómo ha sido su aterrizaje interno?

—Tal vez la sorpresa externa es mayor porque no se conocen las entretelas de una organización como CC OO. Cuando hay un proceso extraordinario los miembros de la gestora tienen dos objetivos: uno que la organización no se paralice y otro llegar a un congreso extraordinario con el mayor consenso posible. Ahí es donde aparezco yo. Otras candidaturas no sumaron tanto apoyo, la gestora decidió unánimemente que fuera yo.

—¿Le ha dado tiempo ya a conocer la organización?

—A las personas sí, llevo meses con ello, no es una decisión tomada de la noche a la mañana. He conversado con quienes están al frente de las federaciones, las comarcas,... Para saber las inquietudes que tienen.

—¿Cómo valora el trabajo de la gestora en estos diez meses, considera que la situación del sindicato está ya normalizada?

—Han conseguido que la organización no se paralice y llegado a un congreso extraordinario con consenso. Ignacio Fernández, que ha sido su presidente, ha dirigido sin duda una gran tarea. El trance interno de la organización ha terminado de una manera no sólo pacífica, también unida.

—Aunque no ha dado explicaciones, la salida de Xosepe Vega se relacionó con su orientación leonesista. ¿Va a cambiar la reivindicación del sindicato?

—No conozco personalmente al anterior secretario general, pero creo que el trabajo realizado no estaba desvinculado del objetivo clave de CC OO, que es la defensa de todo lo que tiene que ver con la clase trabajadora. Tal vez en las formas es donde cada uno damos nuestro toque personal, y así ha sido. Ahora no se va a producir una ruptura con ninguna de las sensibilidades de la organización, somos parte de la sociedad y como tal somos muy diversos. Todas se tienen en cuenta y son escuchadas. Pero al fin el sindicalismo de clase, que es nuestro origen, está por encima de cualquier ideología o sensibilidad. Su manera de hacer me merece todos los respetos.

—Ahora tiene el encargo de poner en marcha el sindicato de cara al próximo congreso ordinario, que se celebrará en año y medio. ¿Cuáles son los retos que se marca?

—Un objetivo fundamental es ganar afiliados y representación en los centros de trabajo, porque eso vincula directamente con la capacidad de acción en la negociación colectiva. De los 27 convenios provinciales, que afecta a unos 50.0000 trabajadores, este año sólo quedan por firmar dos, vinculados al convenio estatal. Ahora queda trasladar los acuerdos pactados en el quinto Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva, de ahí la necesidad de mejorar unos números que son buenos, en León somos casi 10.000 afiliados. El otro punto clave para León es que funcionen los órganos de diálogo social local, que no se han puesto en marcha. Es fundamental porque más allá de proyectos de grandes dimensiones que vengan del Gobierno o la Junta, el diálogo social local tiene actuaciones menos ambiciosas, pero que afectan directamente a todos los ciudadanos, son políticas de sanidad, vivienda, educación, formación, igualdad, conciliación,... Deberíamos dinamizarlas. Y generar una participación más directa con la ciudadanía.

—La unidad de acción sindical con UGT ¿se mantendrá?

—Sí, hemos tenido un primer encuentro de compañerismo, espero que el trabajo sea conjunto.

—¿Cómo valora la evolución de la capacidad de movilización por parte de los sindicatos?

—Tenemos que trabajar la concertación social, el relato que se ha estado vendiendo ha calado. Debemos tener la capacidad de comunicar, y hacer partícipe al sindicato de la realidad ciudadana. La calle es de todos, pero debemos tener muy claro lo que queremos. CC OO también está para eso, para poner toda nuestra capacidad y ser altavoz de las demandas de otros. Me gustaría que los ciudadanos se dirigieran a nosotros para buscar información, formarse, acceder a las administraciones,... Ya tenemos un calendario de movilizaciones importantes, de la mano de UGT.

—Comienza ahora la andadura de un nuevo Gobierno, que ha presentado un ambicioso programa social. ¿Cuáles son las exigencias del sindicato?

—Hay elementos que se pactaron con el anterior Gobierno, ya están comprometidos y hay que desarrollarlos. Hay acuerdos que se han anunciado en esos pactos de coalición, y otros como la reforma laboral de diciembre de 2021 que hay que poner en marcha. Hay que generar las políticas de estabilidad en el empleo y mejora de las condiciones laborales, control de las condiciones laborales,... Hay muchos asuntos pendientes que vamos a exigir, por encima de todo que haya compromiso para sacar adelante los Presupuestos Generales del Estado, y que el resto de la representación política tenga altura de miras.