Diario de León

«Carlos era un justiciero, un superhéroe que no soportaba los abusos»

León despide al portero fallecido al mediar en una pelea hace una semana

Sus compañeros le despidieron ayer en el Tanatorio de León. DL

Sus compañeros le despidieron ayer en el Tanatorio de León. DL

León

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«Carlos ha sido siempre un superhéroe que andaba por la calle. Un justiciero. Desde pequeño no soportaba que nadie abusara de otras personas, menos si las víctimas eran más débiles. Si veía a alguien meterse con otro mediaba; si robaban a uno le quitaba el dinero al ladrón para devolvérselo a la víctima». Familiares, amigos, y compañeros de trabajo de Carlos Amorín Lamas le despidieron en la tarde de ayer en el Tanatorio de León. El portero de locales de ocio nocturno falleció el pasado miércoles por las lesiones que sufrió al mediar en una pelea el domingo anterior en una discoteca de Villava, en Navarra, uno de los locales en los que trabajaba, del grupo del que era jefe de seguridad.

Valentín Cocos, delegado en Castilla y León de ASFORP, el sindicato de porteros profesionales creado por Amorín y del que era presidente, recordaba ayer no sólo al amigo desde la infancia, sino a un «profesional que ha sido un maestro y un ejemplo para todos nosotros. Y que ha luchado por profesionalizar a un colectivo que está desamparado, pero que cumple una función de protección de agresiones y abusos muy importante».

Amorín se crió en el barrio de San Claudio en la capital leonesa, y estudió Primaria en las Carbajalas y después en el Instituto Padre Isla. Entró en el Ejército, por el que siempre sintió pasión, y estuvo destinado en misión humanitaria en Bosnia.

Le destinaron después a Pamplona. Fue escolta profesional de políticos, montó un gimnasio, creó la asociación profesional,... Ahora trabajaba también en Adif. «Era un auténtico emprendedor. Empeñado en formar a las personas que trabajan en el sector». Y un ejemplo para todos los que le han conocido. «Era todo lo contrario a una persona violenta. Experto en varias artes marciales, la principal herramienta que utilizó siempre fue la palabra. Era el mejor portero que he visto, con un templaza y una mente fría impresionante. Un Rafa Nadal del sector».

Compañeros del portero profesional fallecido, padre de un niño de cinco años, acudieron ayer a despedirle en León. «Fue una mala suerte. Pero es un indicador de una problemática creciente en el sector. La violencia y la criminalidad están creciendo en la noche, y los porteros defendemos a los demás, pero ¿quién nos defiende a nosotros?».

El sector exige que se desarrollen los planes de formación que permiten la profesionalización del colectivo; y también que su actividad se respalde con mayor presencia policial en las calles y las zonas de ocio más concurridas. «No somos matones, somos personas que velan por la seguridad de los demás», reivindican.

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